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martes, 10 diciembre, 2024
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■ Adultos mayores con autoempleo perdieron sus herramientas o espacios de trabajo

Prevalece la incertidumbre laboral para damnificados

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Por: La Jornada •

Acapulco, Gro., El futuro laboral y el sustento son las principales preocupaciones de los adultos mayores perjudicados por el huracán Otis.

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María de Jesús Rosas de la Rosa, de 68 años, comentó que su mayor temor es que no pueda curar a su hijo de una severa lesión en el pie, causada por una lámina galvanizada lanzada por el meteoro, o que su casa y su pequeño local que rentaba a un restaurante queden sin reconstruir, y eso es lo que le daba recursos para vivir.

Trabajé toda mi vida para no andar pidiendo limosna, y ahora creo que eso me va a tocar, reflexionó en voz alta Rosas de la Rosa, quien la tarde del pasado 28 de octubre recorrió la zona Dorada de Acapulco, después de haber salido de la colonia Ciudad Renacimiento con 40 pesos, en busca de una solución para atender el pie de su hijo.

La mujer, sobreviviente del cáncer de mama, salió airosa de ese trance, pero admite que sus fuerzas se acaban, pues teme que no pueda reconstruir su casa y su local adjunto.

Relató que aquel día de octubre, los médicos le dieron una receta para su hijo, escrita en un cartón, así como nos la dieron la llevé, no me la querían aceptar.

Señaló que enseguida fue a buscar el medicamento: me fui a Chilpancingo a conseguir la medicina, la compré en 100 pesos. Si no me muevo sí le cortan el pie.

Su hijo mejora, pero aún supura la herida, aunque le realizan curaciones en el polideportivo Cici de Renacimiento, que fue adecuado como campamento médico.

Jesús Reyes Pino, de 70 años, hojalatero avecindado en la colonia 2 de Febrero, ubicada en la periferia de Acapulco, lamenta no poder regresar a su casa “porque no tengo techo y todo está desbaratado. Saquearon mi taller, amigo. El taller Reyes. Se llevaron la planta de luz, la compresora, el equipo de autógenas, los gatos para sacar los golpes, todas mis herramientas.

Trabajo y vivo en mi casa, ahí hago todo, pero no he podido ir y por eso no estoy en ningún censo para recibir ayuda, se quejó.

Don Jesús debe dormir en el refugio de la unidad deportiva Jorge Campos, pues perdió todo tras el paso de Otis.

Reprochó: aquí no hacen caso, ¿qué puedo hacer?, llevo aquí desde que empezó el huracán, no es posible que no entiendan que mucha gente no está en sus casas y no se puede censar. El albergue se ubica en el centro de Renacimiento y se llega a través del Circuito Interior, que al recorrerlo se ven las toneladas de escombro, ramas, colchones, electrodomésticos inservibles, desechos diversos aún apilados en montañas en cada cuadra y cruce, en medio de extensas nubes de polvo, donde los comerciantes intentan volver a la normalidad, mientras mujeres lavan ropa en arroyos que se encuentran en la vía principal.

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