Ha vuelto a resurgir el tema de Salaverna, comunidad del municipio de Mazapil, que en el 2010 estuvo en el ojo del huracán debido a los múltiples intentos de la minera Frisco-Tayahua, propiedad del magnate Carlos Slim por reubicar o más bien despojar a sus habitantes ofreciéndoles una casa nueva en un fraccionamiento cerca de Concepción del Oro llamado Nuevo Salaverna. En los años siguientes más del 50 % de la población decidió abandonar sus casas y trasladarse a este fraccionamiento. No es desconocido que esto fue posible por presiones psicológicas y económicas por parte de la minera con el apoyo y complicidad de diversas instancias de gobierno. A pesar de esto algunos de sus habitantes, 19 familias, decidieron no abandonar sus casas, su tierra, sus raíces. No cedieron a las presiones y amenazas.
El pasado miércoles 06 de abril en rueda de prensa el director de Protección Civil del estado, acompañado por un representante de dicha minera y de Protección civil nacional, anunció que en breve Salaverna sería declarada zona de riesgo y por tanto “por el bien e integridad física” de sus habitantes que aun no se retiran deberán hacerlo en un plazo no mayor de 30 días luego de que les sea notificada la declaración y que si no lo hacen se usará la fuerza pública para desalojarlos. Según el director de Protección civil el fundamento para dicha declaración es una falla geológica que hace de la zona un lugar inapropiado para ser habitado y claro que la minera, a quien curiosamente no le afecta dicha falla, se ofrece a apoyar a estas personas con una casa en el fraccionamiento Nuevo Salaverna.
O el personal de protección civil no tiene memoria o creen que los zacatecanos somos tontos. De verdad esperan que creamos eso de la falla geológica y que su único interés es la “integridad de las personas”. ¡Por favor! A todas luces es evidente que el interés de la minera Frisco-Tayahua por apoderarse de esas 1500 hectáreas sigue vigente. En estos años no han quitado el dedo del renglón pues seguramente las ganancias que esperan obtener por la explotación de esas tierras son inmensas, como inmensa es ya la fortuna del dueño de esta minera, considerado uno de los hombres más ricos del mundo. Este mismo hecho es ya una afrenta para el pueblo mexicano y para los zacatecanos, especialmente los más pobres y desprotegidos que, como siempre, son quienes más sufren los abusos y atracos de los poderosos.
La rueda de prensa se da luego de una supuesta reunión entre estos actores: protección civil del Estado y nacional con un representante de la minera, pero los habitantes de Salaverna no fueron convocados a dicha reunión; a ellos sólo se les notificará que deben dejar su casa, su tierra y que sí no lo hacen la fuerza del Estado los obligará a hacerlo. Dicha acción, de ser necesaria, se justifica porque, según él director de protección civil estatal, lo más importante es salvaguardar la integridad de las personas, aún en contra de ellas mismas.
¿Es Salaverna zona de riesgo? Claro que lo es, pero por la llegada de empresas mineras depredadoras, que teniendo como único criterio las ganancias económicas destruyen cuanto encuentran a su paso. La llegada de una empresa minera significa la transformación-destrucción de todo un ecosistema, pues flora y fauna ven alterado su hábitat natural, los mantos acuíferos son sobre-explotados y contaminados haciendo que el agua no sea apta para el consumo humano, la contaminación que se genera a corto, mediano y largo plazo sobrepasa por mucho las supuestas derramas económicas para el Estado. Ellos se siguen llevando el oro y a nosotros nos regalan unos cuantos espejitos.
Resulta paradójico que actores políticos, líderes sociales, legisladores de todos los partidos y artistas de televisión se unan para alzar la voz contra Donald Trump; en nombre de nuestra “identidad nacional” y para “defender” a nuestros connacionales se ataca a un candidato presidencial de Estados Unidos, no quiero imaginar qué pasaría si fuera a la inversa. Pero el hecho es que nuestro vecino País elegirá a su presidente y de muy poco o de nada servirá esta campaña de desprestigio. Me gustaría más que todos nos uniéramos pero para buscar el bien de nuestro país, para evitar las injusticias y la impunidad, para combatir la corrupción, para crear leyes justas que de verdad procuren el bien común, leyes que regulen la incursión de empresas mineras nacionales y extranjeras que impunemente explotan nuestra tierra llevándose la riqueza del subsuelo y dejando a su paso deforestación, enfermedad, pobreza y muerte. ■
