Víctimas inocentes, los animales han sufrido un verdadero infierno en la tierra.
Más de 1600 millones de animales son sacrificados cada año en el mundo.
En Zacatecas miles de puercos, vacas, toros, pollos, borregos, caballos, conejos, chivos, ratas, pescado de granja, guajolotes, palomas y una infinidad de otras especies son sacrificadas para el consumo humano y aunque existen reglamentos severos desde hace más de 200 años, el sufrimiento es indescifrable.
La insalubridad, la depresión, el miedo, el terror de saberse victimas de salvajes golpizas y certeras acciones que atentan contra su integridad, ocasionan que el animal se estrese, se envenene la carne con químicos naturales y se consuma en cantidades exorbitantes en todos los estratos sociales.
Las autoridades municipales zacatecanas en 1848 eran ya vigilantes en los rastros y mercados para que la exhibición de los productos cárnicos no estuviesen a merced de insalubridades y disponían de espacios para el descanso y reposo de los dueños de animales, abundancia de agua para la limpia y las condiciones para que el sacrificio no fuese tan cruel, es decir, al animal se le daba un mínimo trato no denigrante antes del acto.
Miles de animales también han servido en las duras jornadas laborales , ya de las minas, fabricas y campos agrícolas, son famosas las cuadrillas de hasta 2 mil caballos en las antiguas haciendas mineras del siglo XVII en donde los amos zacatecanos disponían de todo para la explotación del oro y la plata y otros minerales donde el cianuro y terceros metales tóxicos hacían que tanto yeguas, caballos y burros cayesen al suelo en medio de estruendosos dolores y envenenados.
También cientos de miles de equinos fueron vitales para la trasportación de alimentos, muebles, medicinas,armas y ropa, monedas y pasajeros en la cruenta historia milagrosa de la construcción de las ciudades zacatecanas.
El inteligente Zacatecano Miguel Caldera Yamute, pacificador de muchos pueblos, sabia como ganarse a los indígenas rebeldes indomables dándoles carne de vaca y de toro, lo que literalmente los volvía locos por tan exquisitos manjares y se sometían a los dictados de la nueva iglesia; son famosas las cifras de hasta un millón de borregos en los inmensos pastizales zacatecanos de 1610.
Hoy en día el maltrato animal también es indescifrable, pero está a la vista: rastros clandestinos ejecutan sin piedad ni salud a muchísimos animales para consumo y venta de tacos y por kilos, los rastros legales existentes no cuentan con las reglas de mínimo respeto a vacas preñadas, además que en miles de hogares se tienen hacinados a perros y gatos y aves con pulgas y frios y hambrunas y sed.
La ley es para aplicarla, no para burlarse.
