■ Responsabilizan a una subdirectora de la caótica situación en administración de nosocomio
Derechohabientes del ISSSTE generaron una larga fila ayer en el intento de obtener medicamentos que les han sido suspendidos por falta de abasto desde hace semanas. A la par, trabajadores de la institución denunciaron mediante un documento dirigido a su director general, José Reyes Baeza Terrazas, el actuar de una “Subdirectora”, a quien atribuyen que aspectos de la administración del Hospital número 26 se haya vuelto “caótica”.
En entrevista para este medio, Manuel de Jesús García, una de las personas que se formaron ayer para obtener medicamentos, dijo tener ya dos semanas con el problema de surtirlos, e incluso, que su nieto de 17 años a quien le fueron recetados, ha interrumpido en varias ocasiones un tratamiento neurológico que impacta en su conducta y por tanto en su vida diaria, su aprovechamiento escolar, “y en todo”.
“Es un medicamento que se le administra al niño, que no puede dejar de tomarlo, si no se le administra se dispara y anda al cien”.
La suspensión del fármaco implica dijo, volver a empezar, pero además la familia tiene el problema de surtir la receta aun en establecimientos comerciales, pues además de alcanzar un precio de hasta mil 150 pesos, es de venta controlada.
“Eso fue lo que nos pasó en estos días, se le cortó dos veces (el suministro) en lo que va de este tiempo y el niño se dispara. Es un retroceso. Es como volver a empezar. Es una receta que ni con receta nos la quieren vender”.
Luego de cuatro vueltas ocurridas en diferentes días para preguntar si ya se tenía en existencia en el hospital, persiste la incógnita para el derechohabiente de cuál es la razón de su desabasto.
“No dan ninguna explicación, fui a Coordinación Médica y una señorita habló a almacén, allí dijeron que no sabían si había llegado o no…mala organización o no sé qué pasa”.
El problema del desabasto afectó también a Elizabeth, una paciente de 33 años que desde el 27 de febrero en que tuvo su más reciente cita médica no ha podido surtir la receta derivada de la misma.
“El medicamento no lo tienen, me dijeron que llamara el siguiente día por la tarde y hablo y me dicen sí, y me vengo desde Valparaíso y al llegar aquí no hay nada. Y estoy hable y hable día tras día y hasta ahora me van a dar otro medicamento”, explicó.
La voz se quiebra sin que acceda a comentar qué tipo de fármaco necesita y cómo le afecta su falta.
“Pues Dios, no, no son dolores, pero tengo que tener el medicamento, me lo recetaron desde hace un año ocho meses, pero siempre estoy batallando que no lo tienen. En diciembre me quedé un mes sin él”. El fármaco también es de venta controlada.
Ayer, la remitieron a la Coordinación Médica y le extendieron otra receta donde se lo cambian, algo que no sabe cómo afectara a su tratamiento.
Otra paciente, Blanca, de 56 años, llegó el pasado martes a Urgencias alrededor de las 18:30 horas y salió de consulta faltando 10 minutos para las 8 de la noche, cuando según le informaron la farmacia había cerrado.
“Yo digo, si la atención en Urgencias la dan toda la noche, ¿por qué cierran la farmacia? Vengo por mi medicamento porque me siento mal, no puedo salir más temprano por el aire”.
Desde hace dos semanas recae de un padecimiento de laringitis que no logra superar, aun cuando le proporcionan medicinas para atenderlo.
