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viernes, 29 marzo, 2024
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Los 43 más buscados

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Por: ALEJANDRO ORTEGA NERI •

Desde niño, mis padres me inculcaron involuntariamente una afición inefable por el cine. “Pongan una de vaqueros” decían a veces cuando querían ver a Clint Eastwood o Yul Brynner en la pantalla. Ahí,  en esos westerns, vi por vez primera las fotos de los mal encarados criminales pegadas en los muros del Saloon, con la leyenda “Wanted”, en los que además se ofrecía un rescate por ellos.

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Siempre me causó sensación saber de historias de bandidos y criminales que eran buscados por la justicia y que ofrecían por su cabeza jugosas recompensas, las cuales plasmaban en la parte inferior de su retrato y clavaban en árboles, postes y muros de las ciudades, ateniéndose a la buena conciencia de la gente, que si lo veía, lo denunciara. Siempre me llamó la atención ver en esos carteles los diversos rostros de la maldad.

En estos últimos días, aciagos y grises, por cierto, 43 rostros invaden los muros, las plazas,  los rincones de las ciudades y sobre todo, la mente de los mexicanos. Pero esta vez no es uno, ni dos los más buscados, ¡Son 43! Pero sus rostros, a diferencia de los malvados asesinos y asaltantes de los westerns¸ no causan temor, sino tristeza, impotencia, rabia, dolor.

Si, son los más buscados. Pero no son criminales, son estudiantes de una escuela Normal Rural perteneciente a uno de los estados con mayores índices de pobreza. Y son buscados no porque estén escondidos, huyendo, como los criminales, sino porque el Estado fue quien los desapareció.

Las autoridades ofrecieron recompensa para quien diera cuenta de su paradero, pero con esta acción solo dieron cuenta de su ineptitud. Encontraron el cuerpo de un músico de La Banda El Recodo y a sus asesinos de un día para otro. Encontraron y pactaron el rescate de unos atletas plagiados en el Ajusco de un día para otro, ¡pero no han podido encontrar a 43 estudiantes desaparecidos desde hace más de un mes! Lo único que destaparon fue una gran cantidad de fosas clandestinas lo que nos indica que el problema es más grande, más profundo, más oscuro, más doloroso.

Todos buscamos a esos 43 jóvenes estudiantes. Sus rostros nos invaden, nos inundan, nos reclaman que los rescatemos del lugar donde estén. Todo México y en diversas partes del orbe hemos levantado sus rostros como estandarte. En todas las calles sus nombres aparecen, en las plazas los mosaicos blancos con su foto impresa nos recuerdan que esto no ha terminado, vivos se los llevaron, y vivos los queremos de regreso.

Han atrapado, según dicen, a los líderes de los Guerreros Unidos, han atrapado al narco edil José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda, responsables intelectuales de la desaparición que bailaban mientras las metrallas de su seguridad escupían balas. Pero no basta, esto no ha terminado, los 43 más buscados aún no aparecen y los queremos de vuelta. Sus rostros siguen retratados en los muros, en las oraciones, en nuestra memoria. Esos carteles a la western no son de criminales, son de inocentes, los criminales, esos ya sabemos dónde están, no hacen falta fotos ni recompensas, pues ellos gobiernan el país. ■

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