27.5 C
Zacatecas
miércoles, 24 abril, 2024
spot_img

Una museología para el siglo XXI

Más Leídas

- Publicidad -

Por: LAURA GEMMA FLORES GARCÍA •

La Gualdra 564 / Arte

- Publicidad -

La museología está indefectiblemente ligada al coleccionismo. Éste nació en el seno de los grandes reinos conquistadores que al haber resuelto sus batallas decidieron atesorar piezas y objetos raros que certificaban sus incursiones y triunfos belicosos. También nacieron de la mano de un propósito de salvaguardar lo propio y mostrarlo a sus pueblos como un tesoro de su alto linaje, cultura, buen gusto y acierto en el perfeccionamiento de sus saberes: tablas de arcilla, piezas de arte, joyas de sus ancestros, papiros, sellos, monedas, etc.

En la Grecia clásica, Pericles, uno de los jefes de estado más poderoso que legó a la humanidad el conocido Partenón y una serie de monumentos, instauró una de las más grandes colecciones de muestras escultóricas; y después Alejandro Magno y sus generales participaron de esta afición habiendo cruzado la Europa oriental y el medio oriente hasta su llegada a Egipto. El Mare Nostrum fue sujeto de sus conquistas y con eso de sus resguardos en el ámbito del coleccionismo.

Roma no quedó atrás y con la llegada del Renacimiento, reyes y papas comenzaron a cubrir los muros de sus palacios y sus residencias con obras originales y mandadas realizar exprofeso para perpetuar su poder. El periodo de expansión territorial y el encuentro de occidente con otros mundos en lontananza propiciaron la admiración por vestigios de gran valor. Posteriormente y durante el periodo de entreguerras esos ejemplares irían a parar a manos de los Estados, y de las colecciones privadas nacerían muchos de los museos actuales como El Prado, Louvre, el Hermitage o los Vaticanos cuya herencia se vería reflejada en el discurso mexicano decimonónico hasta ahora reproducido en muchos de nuestros recintos.

El siglo XXI sin embargo exige otro tipo de museología, donde exista una participación más creativa de parte de los artistas, de los curadores y un involucramiento del público que en lugar de espectador se convierta en co-creador de su entorno inmediato; ya sea desde el espacio de la cultura, de la estética, de los valores, los derechos humanos o desde las distintas manifestaciones que incluyan todas las doctrinas, todos los géneros y todas las expresiones no hegemónicas.

Si bien la museografía, como el recurso narrativo plasmado en la disposición de la pieza o conjunto de ellas, expresa una museología desde la perspectiva analítica, crítica y filosófica; el recinto como tal que constriñe ese discurso, comienza a volverse desquiciante al enmarcar una idea y un enciclopedismo de saberes representados por la pieza misma. Es posible que el conflicto esté en el resguardo de la pieza, pero ¿cómo convertirla en parte del patrimonio del espectador? ¿Es posible que la respuesta esté en la percepción de la propiedad privada? ¿Es posible que los consumidores de la pieza -sea ésta estética, procedente de la cultura popular, rara o exótica- podamos convivir con ella en franco diálogo circular? Es sin duda un tema para reflexionar en tiempos apremiantes para la sensibilización de la humanidad.

 

 

*UAEH-UAZ.

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/lagualdra564

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -