- Nómada*
En la historia general del teatro, existe una variante muy especial conocida como teatro guiñol.
Esta técnica era ya practicada en Europa y América, y podemos encontrar testimonios que nos narran sobre esta actividad teatral en el México precolombino, Fray Bernardino de Sahagún anotó en torno a los títeres mexicas: “otro embusto hizo el nigromántico ya dicho: asentándose en medio del mercado de tianguiztli y dijo llamarse tlacavepan, o por otro nombre ocecoch, y hacia bailar un muchachuelo en la palma de sus manos, poníale danzando en sus manos al dicho mozuelo”. El teatro guiñol como lo conocemos en la actualidad llegó junto con el circo moderno en la época de la intervención francesa, y de acuerdo a varias investigaciones, Zacatecas fue la cuna e inicio de esta antigua tradición en México. El maestro Roberto Lago dice en torno del origen del guiñol en nuestro país: “suponemos que guiñol pisó tierra mexicana, refundido en el fondo de la mochila de un invasor francés bonachón y bigotudo, era músico de línea y acompañó a Maximiliano en la funesta expedición de 1862. De batalla en batalla, al azar en la aventura, llegó este soldado de fortuna con nuestro personaje a cuestas a la ciudad de Zacatecas en donde no es dado recoger, según dato proporcionado por Armando de María y Campo, la primera noticia aparecida en un periodiquillo local de una presentación de guiñol por unos soldados franceses.
Guillermo Murray también anota: “En México se le quedó el nombre francés debido a que en tiempo de Maximiliano, un titiritero llegó a México en las naves invasoras, venía para entretener a los soldados y era manipulador de un Monsieur guiñol, cuyos orígenes se remontan a la ciudad de Lyon, Francia y quizá más atrás… lo cierto es que se fué a vivir a la ciudad de Zacatecas, se casó con una mexicana y fundó un teatro cuya técnica había sido olvidada en nuestro país.”
Aproximadamente en 1870, recorría el centro occidente del país un espectáculo de títeres guiñol conocido como Juanjuanillo, el elenco estaba integrado por dos actores, dos muñecos y una gran sombrilla roja, a lomo de mula recorrían Zacatecas y su actuación la describe Vicente T. Mendoza de la siguiente manera: “San Pedro Piedra Gorda, entre los números realizados por los títeres había farsas o especies de comedias, era muy gustada la llamada “Nanacota y Juanjuanillo” que era como sigue: Instalada la carpa se ponía un telón generalmente de manta y al correrse aparecían dos máscaras muy grandes que manejaban con la mano los titiriteros.
Una representaba a una vieja y la otra a un muchacho, ella era muy regañona y el chico sumamente malcriado, siempre que lo mandaban a un mandado todo le salía mal, solían entablar diálogos como el que sigue:
Ella.- Anda, perro muchacho, no alcanzarás un pan que comer.
Él.- Pero alcanzaré tortillas.
Ella.- Perro muchacho ¿fuiste a misa? ¿Qué viste?
Él.- Si cómo no ¿Quién va al giro? ¿Quién va al colorado?
Ella.- ah! Perro muchacho, tú fuiste a los gallos.
Él.- No digo a los gallos zorra madre (señora madre), sino hasta las gallinas.
Ella.- Anda, perro muchacho, ve y dile a mi comadre que me preste su manto y su pollera, que será la postrera. (Sale el muchacho y a poco regresa con unas ropas)
Ella.- ¿Qué me trajiste? ¿Qué le pediste a mi comadre?
Él.- su manto y su gurupera (en vez de pollera)
Ella.- ah! Perro muchacho (lo corretea para pegarle)
La tradición teatral que describe Vicente T. Mendoza sigue vigente en Zacatecas y después de ciento veinte años de Juanjuanillo y Nanacota, se presentara los días 29, 30 y 31 de octubre del presente mes, el primer fandango regional de teatro de títeres, evento en el que participaran compañías titiriteras de San Luis Potosí, Aguascalientes y Zacatecas; los niños y sus familias podrán disfrutar de manera gratuita de una tradición que tiene como cuna en México, nuestro Zacatecas. ■
*Espacio patrocinado por la Secretaría de Turismo de Zacatecas/ Espacio de difusión de las fiestas y tradiciones zacatecanas del Museo Etzcuincle.
