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jueves, 25 abril, 2024
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Cirugía mayor

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Por: JOSHUA H. MENDOZA JASSO •

México se encuentra en el tránsito por convertirse en una sociedad más participativa, fiscalizadora y e informada, pero, aún lejos de dejar de ser “la sociedad que no tiene memoria”.

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Los casos de los niños en la Guardería ABC, en el estado de Sonora; las personas que murieron calcinadas en el Casino Royale, en Monterrey; la fosa de 72 inmigrantes muertos, en el Rancho San Fernando, en Tamaulipas; los casos de funcionarios inmiscuidos con el crimen organizado, en Michoacán; la cifra de desaparecidos por año en todo el país son todos ellos sucesos que han sido olvidados y que en general no tienen un impacto en el devenir de la sociedad.

El caso más reciente es el de los normalistas de Ayotzinapa. Un caso que al parecer tiene una línea con funcionarios de gobierno como presuntos responsables de dar la orden de “callar y someter” y acabar con las manifestaciones.

Un caso en el cual, se menciona en la información vertida en los medios de comunicación, el crimen organizado tiene que ver con la desaparición, y aún más indignante es que se ha ventilado que el gobierno quiso comprar el silencio de los familiares con la “indemnización” de 100 mil pesos por cada estudiante.

Una respuesta tardía por parte del Presidente de la República al buscar a los familiares para atender el problema y poder dialogar con ellos; un estado fallido que no ha sido resuelto ni en Guerrero ni Michoacán.

Estas entidades federativas ven como congresos, eventos y convenciones evitan a toda costa llegar a desarrollarse en su territorio. Sin duda, un problema serio que lleva a México a los ojos del mundo y es lamentable como la prensa internacional sólo presenta notas de desaparecidos, enfrentamientos y ahora el problema de los normalistas.

Los paros nacionales han sido multitudinarios, replicados en diversas instituciones educativas del país, pero,  siento yo que han sido paros de labores que tienen como objetivo el no tener actividad y no por protestar o exigir al gobierno la resolución del problema.

Los estudiantes y los jóvenes deben sumarse, despertar y exigir un cambio en México, participar más; debemos convertirnos en una sociedad que exija sus derechos, una sociedad fiscalizadora de los recursos públicos y de cero tolerancia a la corrupción.

Ayotzinapa se puede convertir en el punto de inflexión para México.

No podemos continuar tan acostumbrados a las malas noticias, al conteo de muertos, a la incertidumbre de los desaparecidos, a la tolerancia de los malos gobiernos pero, sobre todo, a olvidar los acontecimientos que dañan y laceran a nuestra sociedad.

Debemos recordar que la sociedad es el tejido más importante de nuestro país. Es un tejido que ya está sangrando y que debe ser atendido. Requiere, ya, una cirugía mayor.

Me tocó ser testigo en un viaje reciente a Singapur como la sociedad se convierte en policía, en garante del orden y el respeto así como en exigir al gobierno empleos de calidad, bien remunerados y condiciones favorables para vivir.

Asimismo presencié cómo un ciudadano defendía 10 dólares que le iban a ser cargados sin su consentimiento. A pesar de que el dinero le fue devuelto esta persona se tomó el tiempo de levantar una queja y denunciar el acto.

En México hablamos mucho y actuamos poco. En México nos gusta el mañana y no el ahora. En México buscamos “el cómo no” en lugar del cómo si lograr las cosas.

Es tiempo de generar ese momento de inflexión y empezar a establecer una nueva cultura mexicana. Es tiempo de convertirnos en los médicos de ese tejido social, realizar la cirugía mayor desde nuestras trincheras. ■

 

No olviden enviar sus comentarios al correo [email protected] o seguirnos vía Twitter como @JoshJasso.

 

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