Los zacatecanos en la Guerra de la Reforma, la Intervención Francesa y la Monarquía.
II PARTE
“Conciudadanos, creedme, os hablo con el corazón: si a la salvación de mi patria conviene el sacrificio por mi parte, de no pisar ya sus feraces bosques, de no aspirar sus balsámicas auras, de no defender entre vosotros su hermosa bandera, hago con gusto este sacrificio y con gusto hare también el buscar una tumba extranjera, si a este precio veo una patria dichosa.”
González Ortega, desde el exilio.
Hace una semana comenzamos estos recuerdos sobre los Zacatecanos importantes durante la Reforma, uno de los 3 momentos importantes – junto a la guerra de la independencia y la revolución – que vivió nuestro país como nación independiente, y el único de los 3 donde las fuerzas liberales y con ellas todos los mexicanos tuvimos un resultado exitoso y un triunfo de frente a las posiciones más conservadoras y retardatarias que triunfaron – debemos decirlo – con Iturbide en 1824 y con Venustiano Carranza en 1917 con la proclamación de la nueva constitución – con todo lo bueno que de ella emana pero con el inicio reforzado por Calles una década después de un México de Instituciones corruptas que si bien terminaron con el caudillismo le endilgaron a nuestro país a un partido único con todos los desastres que ello implico en el siglo XX mexicano, pero esto es otra historia.
En cuanto a los Zacatecanos ilustres del periodo de la Reforma, el más destacado sin lugar a dudas fue el General González Ortega, y por ello iniciamos esta segunda parte con el mensaje que envía a sus compatriotas desde el exilio.
Pero como comentamos no fue el único, el General Berriozábal jugo al frente de tropas zacatecanas, un rol importante en la victoria del 5 de Mayo bajo las ordenes de Zaragoza, y poco es recordado, o bien el General Benigno Canto quien al frente de 1200 zacatecanos formo parte del cerco de Querétaro donde las fuerzas dirigidas por Mariano Escobedo triunfaron después de más de dos meses de sitio – y claro un poco con la ayuda del General López que entrego una de las zonas importantes de las defensas de Querétaro y que hasta la fecha no se sabe si fue con el consentimiento de Maximiliano o por órdenes del mismo, o a motu proprio abriendo las puertas para que las fuerzas liberales tomaran la ciudad y con ella as Maximiliano y sus Generales Miramón y Mejía quienes días más tarde serian fusilados en el cerro de las campanas por órdenes de Juárez con todo y la suplicas de miles entre quienes destacaban las de Garibaldi desde Italia y las de Víctor Hugo desde Francia.
El General Miguel Auza por su parte no era militar de carrera era un abogado quien se destacó toda su vida como político más que militar, y quien ocupo la silla vacante que dejara González Ortega en cuanto a la gubernatura de su estado natal Zacatecas, pero también fue una persona que con otros liberales impulso la constitución del 57 y claro siempre actuó tras de su mentor y compadre González Ortega, sus actos de heroísmo en el sitio de Puebla están bien documentados, y tras de dos meses de intensos combates y actos de heroísmo extremo, cae con González Ortega y muchos otros oficiales de la defensa preso bajo el General triunfador Bazaine del ejército francés, y camino a Veracruz donde serían embarcados hacia Francia donde se mantendrían en prisión, se escapa y se reúne con las fuerzas de la resistencia en el norte del país, días después también se escaparía el mismo González Ortega – según se dice bajo la mirada complaciente del propio Bazaine quien reconocía el valor del zacatecano quien regreso a su tierra siendo recibido primero por su compadre Miguel Auza, pero que unos días después acatando las indicaciones de Benito Juárez, lo encarcela – por actos de sedición – solo para después de permanecer un tiempo en prisión le ayude para lograr su exilio a los Estados Unidos.
Esta es una historia triste por los ya comentados – en nuestro escrito previo – enfrentamientos entre González Ortega y Benito Juárez quien veía en el zacatecano a su principal enemigo en cuanto al poder que implicaba la Presidencia de la Republica. No nos olvidemos que González Ortega ocupaba el Supremo Tribunal de Justicia, desde donde aspiraba acceder al máximo lugar de poder, incluso impugno la legalidad de Juárez indicando que su periodo ya había terminado, esta impugnación no procedió porque Lerdo de Tejada eterno defensor de Juárez logro con bases jurídicas no muy claras, la prolongación del mandato de Juárez por razones de un estado de guerra – esta circunstancia se dio cuando la invasión francesa estaba triunfando sobre las fuerzas republicanas –
Tampoco nos olvidemos que después del triunfo de la guerra de la reforma de los liberales frente a los conservadores, lograda con el triunfo de Calpulualpan por el propio González Ortega quien acompañado de Zaragoza y otros destacados generales triunfo sobre las fuerzas de Miramón y Márquez dándole a la Reforma el triunfo, pero con él se vino el proceso electoral – Juárez no nos olvidemos era presidente interino – y tubo que contender en un proceso electoral viciado de origen contra González Ortega logrando un triunfo cerrado, Juárez siempre manifestó que González Ortega era solo un personaje interesado en el dinero que se lograba con la Presidencia, pero la realidad es que dinero nunca lo hubo y menos en esos tiempos de eterna guerra primero frente a los conservadores, después en contra de los franceses y finalmente en contra de Maximiliano.
En la lucha contra la intervención francesa las fuerzas mexicanas fueron derrotadas cientos de veces lo que provoco el peregrinar de Juárez a San Luis Potosí, después a Saltillo, posteriormente a Monterrey, y finalmente a Chihuahua y al Paso del Norte, siempre perseguido por los ejércitos franceses en compañía de los traidores mexicanos, y dentro de estas batallas una de las más importantes fue la de Mahoma donde Gonzales Ortega fue derrotado, derrota que aprovecho Juárez para retirarlo del ejercito del centro y norte y con ello retirarlo de cualquier poder que aun tenia al frente de los ejércitos mexicanos republicanos, fue entonces que solicito el permiso y con él, el salvoconducto por parte de Juárez para poder viajar a los Estados Unidos cosa que Juárez acepto con gusto al desprenderse de su principal opositor, González Ortega viajo al noreste, a Nueva York pero después a Washington donde realizo una labor a favor de la republica intensa, siendo fiel a Juárez contra todo lo que había sucedido, aunque hay voces que dicen que buscaba que el gobierno norteamericano desconociera el mandato de Juárez y el pudiera colarse de alguna forma a la Presidencia de la Republica que tanto había buscado, esto son acusaciones que nunca han sido probadas, la realidad es que regreso a nuestro país por Brownsville con sus hijos – uno de ellos General – logrando permiso para entrar a Matamoros y de ahí a Monterrey donde es nuevamente expulsado al extranjero, pero desobedeciendo órdenes superiores se esconde en San Luis Potosí en casa de Juan Bustamante hasta el final de la guerra.
La realidad es que el triunfador de Calpulualpan y perdedor de Mahoma, vivió tiempos difíciles dada su posición a Juárez, muere aislado y solo, su único partidario El Nigromante que siempre le fue fiel, dejo de defender su causa, y al final pocos recuerdan su enorme heroísmo en el sitio de Puebla donde fue derrotado no por culpa propia sino por la pobre actuación de Comonfort que perdonado por Juárez dirigía el ejercito del centro cuyo objetivo era el de apoyar a González Ortega pero fue sorprendido a media noche – como Santana frente a Sam Houston – y derrotado por los franceses, lo que provoco que González Ortega no pudiera defender más a Puebla y por ende entregar la plaza.
El sitio de Puebla es una gesta enorme, tal vez la más importante de nuestra historia, que los zacatecanos deberíamos estudiar y recordar en consecuencia, para reconocer la estatura de seres humanos que nuestra tierra le ha dado al país todo. ■
