No hace mucho, el Lic. Enrique Viramontes Cabrera, una de las cabezas visibles de la neoderecha universitaria, anunció la proximidad del “caos” (“Sin respuesta, solicitud de docentes para analizar la extensión del periodo rectoral” La Jornada Zacatecas, 29/07/24). No lo dijo así, cuida sus palabras. Pero anunció que “podría generarse mayor conflicto”. Hasta la fecha presente no hay llamado al Consejo Universitario, por ende, para ese grupo los directores ya no tienen representatividad y el rector la pierde el viernes 6 de septiembre. ¿De verdad habrá una desaparición de poderes en la universidad o algo así? ¿declarada por quién? La neoderecha intentó romper la autonomía al acudir al Congreso del Estado para obligar al rector a comparecer. ¿Con qué fin? ¿Se pretendía que el Congreso declarase la desaparición de poderes? Nunca recurrieron al poder judicial mediante la interposición de demanda. Su movimiento, si lo hay, es de orden “político”. ¿Qué sentido debemos darle a esta palabra? Hay por lo menos dos en la tradición occidental y en la universitaria. Uno de estos consiste en la búsqueda de consensos entre los diferentes grupos. Se entrevistan los líderes en un café, dialogan, llegan a acuerdos y después los ratifican en los órganos colegiados. El otro sentido fue bien explicado por Carl Schmitt en su “El concepto de lo político” (1932). De acuerdo a Schmitt la distinción que establece el concepto de lo político es la de amigo/enemigo. Se está en los páramos de la política cuando se es capaz de reconocer a los aliados, a quienes no resultan amenazantes, de quienes sí lo son. ¿Para qué? para transitar por el conflicto abierto, por la suspensión de todos los acuerdos y las leyes que de ellos dimanan. Sólo es enemigo el “enemigo público”, el que conscientemente rechaza la organización de aquel al que considera su oponente existencial. Y está en la esencia misma del “enemigo” una situación de lucha. Si por cualquier embuste travestido de razonamiento, desde el sindicato el grupo político que lo controla declara la “desaparición de poderes” en la universidad, se vuelven de inmediato enemigos de todos los universitarios pues su dicho es eminentemente político, no legal, pues ni ellos son la autoridad facultada para hacerlo ni media proceso legal alguno. Y sus “enemigos” son todos aquellos que mantengan la firme creencia en que las decisiones del Consejo Universitario son legales y sólo un poder superior puede derogarlas. ¿Por qué esa insistencia en asumirse superiores al Consejo Universitario? ¿en interpretar la ley como les guste en los tiempos que ellos dispongan? ¿Quién es la neoderecha universitaria? Un grupo que controló la universidad y el sindicato mucho tiempo y no está en disposición de ceder ese dominio. Ya mostraron, al dilapidar de manera autoritaria 32 millones de pesos de la “Fundación para mejorar la vida de los docentes de UAZ” que no tienen límite alguno. Actuaran de acuerdo a lo que consideren necesario para volver a dirigir la universidad y arrojar de esta a quienes los critiquen. La intolerancia en su máxima expresión, manifestada en todos los ámbitos de la universidad. Desde el sindicato ordenan no agremiar a quienes no estén evaluados, aunque ya tengan relación laboral. Y si están evaluados, no aceptar su ingreso al SPAUAZ si antes no se entrevistan con la dirigente para ser “reeducados”. Los sindicalizados que no aceptan una dirigencia autoritaria demandan a la Dra. González Arenas en tanto que líder del gremio. Ganan, y vuelven a ganar, y el desacato es palmario. No acepta que dejó fuera a más de 500 agremiados mediante la exigencia de requisitos ilegales, no acepta que no puede quitar a un delegado sindical y desacata una sentencia del Tribunal Laboral. Cuando gana, invita a todos los medios, cuando pierde, y pierde más de las que gana, extiende velos de silencio. Volvió la opacidad política sindical, y organiza grupos de choque para presionar a los docentes en las unidades académicas. Para ocultar el adeudo impagable en el que metió al SPAUAZ arrecia su cortina de humo de la “prolongación de mandato”. Declara en asambleas de amigos (e.g. en el plantel 1 de la Unidad Académica Preparatoria Campus UAZ SigloXXI) que una vez pasado el 6 de septiembre será el sindicato la instancia para repartir cargas de trabajo y pagar nóminas. Y desde ahí, en asambleas de docentes organizadas por el sindicato, se elegirán los directores. ¿Es esto delirio o una posición política agresiva? Es la situación originaria que da origen al concepto de lo político. A veces es difícil de aceptar la situación y no faltan los que buscan “mediar”, y al hacerlo obtener dividendos electorales. Se autoengañan. No parecen prestar atención a la situación de conflicto abierto, y menos toman en serio las amenazas públicas que se hacen, como las del Lic. Viramontes. Una minoría rapaz y organizada bien puede doblegar a una mayoría silenciosa, desorganizada y temerosa, repleta de pseudolíderes dispuestos a ceder a cambio de platos de lentejas. Ante eso queda la unidad de los universitarios alrededor de sus órganos de gobierno. No compete a una minoría declarar que ya no hay rector ni directores, sino a un poder superior. Pero no nos dejemos confundir: los 32 millones utilizados por la dirigencia del SPAUAZ ya son deuda impagable….