En abril de 2016 la ONU habrá de realizar una sesión especial para discutir el uso legal de las drogas. México fue uno de los países que solicitó esta reunión y ahora que la Suprema Corte de Justicia de la Nación otorgó el amparo a cuatro personas para el uso recreativo de la mariguana, el presidente Enrique Peña Nieto ha manifestado que está en contra, argumentando que será un impacto negativo en los jóvenes.
El miedo es el principal factor que se ha esgrimido desde el gobierno y algunos grupos conservadores para no dar paso a la legalización del uso de la mariguana y de otras drogas. Se trata del miedo a que se dispare la adicción a esta sustancia y que haya un ejército de jóvenes adictos que ocasione mayores índices de violencia, robos, asesinatos y otros actos de delincuencia.
Los argumentos que sostienen este miedo son los aportados por los famosos Centros de Integración Juvenil que aseguran con base en sus propios estudios que la mariguana es un peligro para la salud pública, pues los jóvenes la están combinando con el alcohol y esto produce accidentes, problemas psiquiátricos y más adicciones.
Sin embargo, hasta ahora los consumidores de mariguana no han sido tan peligrosos como los adictos al alcohol y al tabaco.
La Encuesta Nacional de Adicciones muestra que en México hay alrededor de 17.3 millones de personas fumadoras activas, además de 11 millones expuestos al humo de cigarro ajeno. Según el Inegi, entre 2003 y 2012 cerca de 247 mil muertes estuvieron asociadas directamente a tipos de cáncer cuyos factores de riesgo están relacionados con el consumo del tabaco.
En el caso del alcohol, las cifras son más alarmantes. De jueves a sábado alrededor de 200 mil personas conducen bajo influencia de esta sustancia y mueren anualmente aproximadamente 24 mil personas en accidentes automovilísticos relacionados con el consumo de este enervante, según la Organización Mundial de la Salud, que coloca a México en el séptimo lugar en el mundo con este tipo de violencia.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía advierte que en México los accidentes de tráfico de vehículos de motor y la enfermedad alcohólica del hígado son dos de las cuatro principales causas de muerte entre la población de 35 a 44 años. Durante 2012 se registraron cuatro mil 898 defunciones por estas causas.
De acuerdo con estas estadísticas, el total de decesos anuales por enfermedades del hígado imputables al consumo del alcohol suman, en promedio, 12 mil 540 casos, es decir, 34 fallecimientos diarios, o bien, uno cada 40 minutos.
Estas dos drogas permitidas o legalizadas desde hace décadas serían más peligrosas que el uso de la mariguana, pero el miedo de que esta última genere más muertes y más violencia sigue siendo el principal argumento que habrán de blandir el gobierno y los sectores más conservadores de la sociedad mexicana.
El miedo a los grandes cambios siempre ha sido uno de los principales retos que sortear. La adicción ya no es argumento, pues todo mundo sabe que la mariguana, como el alcohol, tabaco, café, azúcar y otros productos ocasionan una adicción en el organismo humano. Ante lo inevitable de la legalización, lo que habría que discutir son las formas graduales de la apertura, la educación a los niños y jóvenes, la atención a los fumadores y la regulación hacendaria de este enervante, que sigue siendo el principal ingreso del crimen organizado nacional e internacional que lava sus ganancias en el sistema bancario y financiero. ■
