El triunfo de Andrés Manuel López Obrador, sin duda, marcó un antes y un después en la vida pública, política, económica y democrática del país, los cambios que prometía desde mucho antes de la campaña del 2018, se han ido construyendo poco a poco a lo largo de estos cuatro años de iniciado su gobierno, a pesar de las campañas mediáticas en su contra y con el fin de opacarlos, los mexicanos en los pueblos, barrios y colonias mantienen su respaldo al proyecto de nación y al Presidente de la República.
La oposición no se ha cansado de gritar que el país se encuentra en peores condiciones que cuando ellos gobernaban, sí, sin darse cuenta aseguran que el país va peor de lo que ellos lo habían dejado, 40 años de gobiernos neoliberales no acabaron con la pobreza, la profundizaron y además sumieron al país en injusticia, violencia interminable y desigualdad histórica, así hoy quieren comparar un gobierno que antepone a los pobres antes que los intereses de unos cuantos.
Nadie puede asegurar que el gobierno de la cuarta transformación ha sido perfecto porque no lo es, imposible que un gobierno en el mundo lo fuera, mucho menos en un país con más de 120 millones de personas donde la pluralidad cultural, ideológica y política es una característica importante.
La promesa de que por primera vez en muchos años, el interés colectivo se antepusiera al interés económico es un hecho, los grandes empresarios ya no deciden las políticas publicas y económicas en el país, ya no toman las decisiones unos cuantos según sus intereses, empresarios como Claudio X. González han quedado fuera de palacio nacional y es que antes ellos imponían presidentes, legisladores, gobernadores, etc.…, con la finalidad de que estos legislaran y tomaran decisiones dentro de los gobiernos para favorecer sus empresas y así enriquecerse más a costa del pueblo, por primera vez en décadas, en México se toman decisiones pensando en las mayorías.
Las campañas mediáticas millonarias cuyo fin es el de desprestigiar el gobierno de la 4T, es síntoma de que este grupo de empresarios ya no toma decisiones en México, ahora pagan millones de pesos en impuestos que antes evadían impunemente y que, gracias a la corrupción de nuestra clase política, se les condonaba el pago de cientos de millones de pesos en impuestos.
Los grandes evasores de impuestos destinan millones a medios de comunicación, comunicadores y campañas negras, sin embargo, el gobierno de la 4T logró un ahorro de 2.4 billones de pesos cancelando la condonación de impuestos que hoy termina en manos de adultos mayores para mejorar un poco su calidad de vida.
El combate a la corrupción también ha sido una constante del gobierno de la 4T, por ejemplo, el combate al huachicoleo, un robo pensado desde palacio nacional a PEMEX, la ordeña de combustibles y la venta de buques petroleros que no entraban al erario sino que eran vendidos como particulares y después comprados mediante el gobierno a empresas extranjeras como gasolina, así como la ordeña de ductos de PEMEX en diversos estados, logró la recuperación de 200 mil millones de pesos, si bien aún perduran prácticas de corrupción en diversas instituciones públicas, el combate a este cáncer comienza a rendir frutos y además tiene grandes avances.
En plena pandemia y crisis internacional, el gobierno de México optó por diversas estrategias para frenar o evitar que la inflación fuese mayor, se aplicaron subsidios a los combustibles y se logró una inflación de 8%, casi la mitad de lo que potencias como Estados Unidos y países europeos sostienen al día de hoy, a pesar de la crisis las grandes empresas lograron incrementar sus riquezas a pesar de que la oposición predicaba lo contrario, millones de mexicanos reciben programas sociales y logan aminorar el impacto económico, por primera vez, quizás en los últimos 50 años, tenemos un gobierno que sostiene un verdadero proyecto político y económico para mejorar las condiciones de vida de todos los mexicanos y no solo de unos cuantos.
Los grandes cambios en el país se construyen, sin embargo, cuatro, seis años no serán suficientes, es necesario que el gobierno de la cuarta transformación no sólo se mantenga, sino que se consolide y continúe al menos dos sexenios más para que los cambios puedan ser palpables, 50 años de malos gobiernos, de corrupción y complicidad entre unos cuantos no podrán borrarse en 6 años.
