Él me dijo sonriendo que mi vida
era ni más, ni menos
como aquella casucha abandonada
que poco a poco va quedando en nada.
¡Ay señor, ya mi vida está en ruinas,
él me lo dijo hoy!,
que poco a poco va quedando en ruinas,
y que en cualquier momento todo se termina.
Sin pensarlo dos veces me lo dijo,
comparando la casa
que poco a poco va quedando en ruinas,
y que en cualquier momento todo se termina.
¡Pero no, por favor no me compares
con la casa vacía!
Yo tengo corazón y un cerebro
donde aún existe amor, y mil recuerdos.
Autora: Ma. Belem Rodarte Guardado