Autora: Martha Araceli Hernández Córdoba
Residencia: Saltillo, Coahuila, México
Rigo Tovar muy contento
un concierto realizaba,
cuando apareció la Parca
baile y baile entusiasmada.
Rigo reaccionó asustado
al ver a tal esperpento;
se bajó del escenario,
escondiéndose al momento.
No se vaya, mi Riguito,
y siga con la cantada,
que apenas voy empezando,
no me deje alborotada.
Mi Matamoros querido
espera por mi llegada.
Me tengo que ir, señorita,
que disfrute su velada.
No te me vas a escapar,
te llevaré al camposanto,
para que todas las noches
me deleites con tu canto.
Ni lo pienses, mi flaquita,
pues yo estoy enamorado.
Vivo con la Sirenita.
Búscale por otro lado.
Te vas a venir conmigo,
así que haz el testamento,
y llévate al Sirenito.
Así estarás más contento.
Perdóname, mi amor, por ser tan guapo,
y ya vete despidiendo
de este músico chiflado
que quiere seguir viviendo.
Te vas a venir conmigo;
ya no me entretengas tanto,
y canta el Pájaro chogüí
de camino al camposanto
Ahí va Rigo llore y llore
y también va murmurando.
Qué manera de perder.
Al panteón ya va llegando.