Autor: Juan Guillermo Vallarta López
Residencia: Ciudad Guzmán, Jalisco, México
En la oscuridad
a la muerte se le puede
observar,
y esta vez un nuevo plan
está por comenzar.
Allá en su casa,
donde siempre trabaja,
uno de los más bellos lugares,
allá en Zacatecas y sus andares.
De norte a sur y
de principio a fin,
de lado a lado,
la Parca anda rondando.
En este día 26,
la Calaca a Jalisco,
a mi casa, fue.
No tenía idea que ofrecer,
pero para que no me llevara
en la estufa le calenté un té.
Sus penas me contó,
y con ganas de tomar,
una botella de ron se terminó,
y una segunda me ofreció,
una tercera ya no podíamos
ella y yo.
Contenta, borracha y perdida,
me miraba y se reía.
Con miedo, borracho y perdido,
que no pasara nada, quería.
Me tomó de la mejilla
y a los ojos me miró.
Me dijo ¡tú te vas conmigo!
Zacatecas nos va a esperar a los dos.
Entre risa y llanto,
le dije que no,
y al contarle el porqué,
furiosa se enceló,
¿Cómo que tienes novia?, me dijo,
y el cuello me apretó;
gritando a media calle, me amenazó:
En punto de las 12
del 2 de noviembre
saldré a buscar a tu amor.
Cada parte de ella me llevaré,
en un lugar la encerraré
y no la devolveré.
Por no quererte irte conmigo,
ése va a ser tu castigo.
Con ella hablé
y a un acuerdo llegué,
que me saludará a su gente zacatecana
y muy pronto la visitaré.
Desde los rincones de Momax
hasta los lugares de Mazapil,
la Huesuda camina celosa
y consigo lleva a mi novia,
pues el acuerdo fue
que recogieran juntas almas,
hasta que algún día Zacatecas visitará.
