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jueves, 2 mayo, 2024
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Los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2025 nos llevan a la Recesión

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Por: ARTURO HUERTA GONZÁLEZ •

En los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2025, publicados por la Secretaría de Hacienda, se plantea que el presente gobierno termina su sexenio, con déficit fiscal de 5.9% del PIB en 2024. Plantea que se contraiga el gasto en 8% para el próximo gobierno en 2025 respecto al 2024 y que el déficit fiscal sea de 3% del PIB. Se dice que ello se alcanzará con mayores ingresos tributarios y con restricción del gasto para tener superávit primario (el que excluye el pago de la deuda). El problema es que el gobierno al gastar menos de lo que recauda, contrae demanda y menos contrarresta el efecto negativo que el déficit de comercio exterior tiene sobre el ingreso de empresas e individuos, por lo que más se restringe la inversión y el consumo y la actividad económica De hecho, los Pre-Criterios pronostican que en 2025 el crecimiento será menor que en el 2024, 2.5% y 3% respectivamente. Sin embargo, es de prever que ninguno de tales pronósticos se cumplirá al seguir las altas tasas de interés, el peso fuerte y la restricción presupuestal. Al crecer menos la actividad económica, disminuye el ingreso de empresas e individuos y el gobierno termina recaudando menos, por lo que no se reduciría el déficit fiscal al 3% en 2025 como pronostica Hacienda, ni se mantendrá la relación de endeudamiento de 50.2% del PIB en el 2025, al mismo nivel del 2024. 

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Hacienda sigue preocupada de ser bien vista por las calificadoras internacionales, al decir que “el país mantendrá la calificación crediticia, gracias a la política de responsabilidad fiscal y el manejo prudente de la deuda pública de México”. El gobierno se ha castrado al dejar de tener política económica a favor del crecimiento. No puede bajar la tasa de interés, ni incrementar el gasto público, ni la relación de endeudamiento para no ser castigados por las calificadoras internacionales. ¿De que 4ª Tranformación estamos hablando? El gobierno dejó de tener política fiscal a favor del sector productivo para bajar la inflación en condiciones de crecimiento y alto empleo formal, subordinando dicha política a favor de los intereses del sector financiero.

La economía enfrenta problemas de baja productividad, fuertes rezagos productivos que presionan sobre precios e importaciones y sobre el déficit de comercio exterior, a lo que se suma el desempleo y subempleo, como la falta de infraestructura, insuficiente presupuesto a la salud y a la educación. Con los recortes presupuestales y el no aumento de la deuda pública, tales problemas seguirán sin ser atendidos. Y, aun así, señala Hacienda que se “garantiza una transición ordenada para la siguiente administración”. No habrá transición ordenada alguna. La política fiscal restrictiva, junto al resto de la política económica han venido frenando la actividad económica, aumentando los problemas financieros del sector público y privado, como los niveles de endeudamiento y la dificultad de su pago por parte del sector privado.

Siguen priorizando los gastos sociales y, sin embargo, no se reduce la pobreza, ni la desigualdad. Para ello se requiere generar empleos bien remunerados y no existe política de empleo y menos se logrará ello con la austeridad fiscal, la alta tasa de interés, el peso fuerte y el tope a la deuda pública.

La tasa de interés seguirá alta en el 2024 (9.5%) y 2025 (7%), por arriba del crecimiento del ingreso nacional, por lo que seguirá el alto costo del servicio de la deuda, restringiendo la capacidad de gasto del sector público y privado, por lo que difícil será que se alcancen los pronósticos de crecimiento para el 2024 y 2025. A ello se suma el hecho que seguirá el peso fuerte, debido a que en los Pre-Criterios se plantea que en promedio en el 2024 la paridad será de 17.60 pesos por dólar y 17.90 pesos por dólar en el 2025, por lo que continuará la pérdida de competitividad, donde las importaciones baratas desplazan a la producción nacional. Ello afecta el crecimiento económico e incrementa el déficit de comercio exterior, llevando a la economía a seguir dependiendo de la entrada de capitales, para lo cual la política económica tiene que seguir con altas tasas de interés y austeridad fiscal para estimular su entrada, lo que contrae más el crecimiento de la economía e incrementa los problemas de insolvencia.

Según los Pre-Criterios “hacia el cierre de la administración, las finanzas públicas se mantendrán sanas con amortiguadores fiscales robustos que permitirán hacer frente a condiciones adversas”. Al respecto cabe decir que no es la estabilidad macroeconómica lo que permite hacer frente a las condiciones adversas, ni permiten “una transición ordenada para la siguiente administración”. Son las condiciones productivas y del sector externo y el manejo soberano de la política económica, lo que permite sortear los embates externos, y la economía no cuenta con política económica para encarar los rezagos productivos que están detrás del déficit de comercio exterior que nos hace depender de los flujos de capital y nos coloca en alta vulnerabilidad externa.

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