Una de las demandas más sentidas de la población zacatecana a sus legisladores en los últimos tiempos, ha sido el permanecer en contacto permanente con los municipios y comunidades que representamos. Regresar ahí a donde juntos buscamos nuevas soluciones a los problemas públicos durante las campañas electorales.
El quehacer legislativo carece de sentido si no genera un vínculo estrecho con la ciudadanía. Las iniciativas, puntos de acuerdo, los debates y el trabajo que realizamos en las distintas comisiones que deliberan sobre las diversas esferas de lo público, no pueden estar separados de lo que en las calles y plazas públicas la sociedad nos demanda.
Y no se trata de entender la productividad legislativa exclusivamente como un estímulo para la “reelección”, concretamente porque en la nueva legislación electoral el derecho a “reelegirse” pasa por la ratificación ciudadana a través del voto.
Esto significa que previo a los comicios los partidos deberán determinar si sus candidatas y candidatos electos están en condiciones de competir nuevamente, o si existen mejores perfiles que ofrezcan a la población otras propuestas y trabajo legislativo para Zacatecas.
Si los partidos decidieran, en dado caso, darles oportunidad a sus candidatos y candidatas electos para postularse nuevamente por el cargo que ocupan actualmente, será entonces la ciudadanía quien mediante su voto decida si tenemos o no derecho a seguir trabajando por ellos. La reelección no es una prerrogativa garantizada para ningún legislador o planilla municipal.
Claro, la reforma electoral que introdujo este derecho político de las y los candidatos electos, inminentemente abre la puerta para que la opinión pública juzgue anticipadamente cualquier acción legislativa o municipal como electorera, populista, con el objetivo del aplauso y la rentabilidad de votos.
Sin embargo, la problemática ciudadana y sus propuestas de solución van más allá de la premisa simple de la “reelección” y del populismo. El trabajo comienza en las calles, en las escuelas, en los mercados, en las colonias, en los centros de salud, en los espacios comunes.
Cuando se está en contacto con la ciudadanía se detectan a primera mano las deficiencias y las carencias de nuestra comunidad. Gracias a que retornamos a los municipios para escuchar a la población, junto con mi equipo de trabajo procesamos sus demandas públicas como iniciativas de reforma de ley o exhortos legislativos que puedan aportar a mejorar la situación en que se encuentran las y los zacatecanos.
Con esta idea en mente he exhortado en a distintas autoridades estatales y federales a que cumplamos con la ciudadanía en seguridad, obra pública, derechos humanos, educación, empleo, protección civil, protección ambiental, protección animal, y otras.
Ejemplo de ello es la invitación reciente que hemos hecho a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para que mejore las condiciones de obra pública en la carretera Fresnillo-Valparaíso, en donde a falta de drenaje pluvial un grupo de empresarios fresnillenses están en riesgo de perder su patrimonio y buscan llevar sus inversiones a estados vecinos.
Estamos hablando de dos importantes riesgos: perdemos empleos absolutamente necesarios para los zacatecanos, y ponemos en peligro la vida de quienes laboran en la zona afectada por las inundaciones pluviales que se presentan cada año en ese tramo carretero.
La justa exigencia de los empresarios fresnillenses para remediar definitivamente las inundaciones que desde hace 3 años los tienen perdiendo millones de pesos ¿es populismo? Apoyar a quienes después de distintas peticiones y pláticas con los funcionarios de la SCT no han visto resuelto un grave problema público ¿es buscar la reelección? Los empresarios que hace unos días pudieron conocer el proceso legislativo por el que los diputados aprobamos con carácter de urgente y obvia resolución un enérgico exhorto a las autoridades federales responsables, no tenían en mente el voto popular sino la pronta y efectiva solución a una inquietud que les genera hoy incertidumbre y pérdidas económicas.
Lo mismo en los exhortos a las autoridades estatales de Finanzas, Educación y Seguridad Pública a quienes he pedido busquen de manera conjunta las soluciones oportunas al problema del robo y vandalismo de las escuelas públicas de nuestro estado. Son estas las instituciones corresponsables de atajar los índices de criminalidad que aquejan a las instalaciones escolares, y como legisladores nos corresponde garantizar las herramientas legales y presupuestales para la supervisión de la infraestructura educativa.
Todas estas propuestas y todo este trabajo nacen del vínculo permanente con la sociedad. Estar ahí para escuchar y participar de las inquietudes de la población. Ser un agente de cambio en la vida pública realizando las tareas para las que fuimos electos y electas.
Los tiempos para calificar nuestro trabajo vendrán más adelante, en las urnas y con la obligada validación ciudadana. Pero ahora lo que nos toca es reivindicar la labor del servidor público. n
*Diputada del Distrito VI, Fresnillo.
Partido Verde Ecologista de México
