Con razón o sin razón me dicen
que me olvide de ti, por el bien mío,
que fácil les parece que te olvide,
todo intento de olvido es ya tardío.
No te puedo olvidar, aunque quisiera,
te llevo aquí en mi ser como a mi sangre,
no te puedo olvidar, aunque quisiera,
para olvidarte me resulta tarde.
La seda de tu rubia cabellera,
la siento aquí en mis manos todavía,
y aquél ardiente beso que me dieras
lo guarda como joya el alma mía.
Yo quisiera gritar, que te amo mucho,
sin que nadie me juzgue o me condene,
yo quisiera gritar que te amo mucho
y que nada, ni nadie nos detiene.
¡Ah! Qué sueño tan loco vida mía,
se apoderan de mi alma enamorada,
aún escucho tu voz que me decía;
Te amo mucho vida mía… pero calla.
No te puedo pedir que me perdones,
por el hecho de amarte locamente,
antes bien tú llenaste de ilusiones
a mi alma, que, por ti, era indiferente.
No te puedo olvidar, aunque quisiera,
te llevo aquí en mi ser, como a mi sangre,
no te puedo olvidar, aunque quisiera,
para olvidarte me resulta tarde.
Autora: Ma. Belem Rodarte Guardado