El domingo 29 de agosto de 2004, por primera vez, Andrés Manuel López Obrador es el protagonista principal de una concentración nacional de las fuerzas progresistas del país.
El Zócalo de la Ciudad de México lucía abarrotado como no sucedía desde los legendarios mítines de Cuauhtémoc Cárdenas y del Maquío Clouthier en el histórico 1988.
En el contexto del inicio del “Juicio Político”, que buscaba desaforar, encarcelar e inhabilitar electoralmente al Jefe de Gobierno, Andrés Manuel no sólo arenga contra la mafia del poder y se defiende contra el desafuero, sino que, hace públicas las directrices de lo que sería el Lopezobradorismo en lo programático.
Es a partir de ahí, que el movimiento nacional progresista empezaría a adoptar las formas de hacer política que el ahora dirigente nacional, venía practicando desde su natal tabasco: contacto directo y comunicación directa con la gente, organización de base en comités-células de formación, discusión e información para romper el cerco mediático y concentraciones masivas.
En mayor o menor medida, todo lo que el movimiento ha hecho y ha dicho hasta ahora, fue perfilado en ese discurso.
Inició entonces, la siembra pueblo por pueblo, casa por casa, discurso tras discurso de estas frases y conceptos:
“Transformación”, “delincuencia común y de cuello blanco”, “régimen de corrupción y privilegios”, “negocios al amparo del poder público”, “influyentismo de diputados, senadores y servidores públicos dedicados al tráfico de influencias”, “cambio verdadero”, “desarrollo con bienestar”, “modernidad desde abajo y para todos”, “la paz es fruto de la justicia”, “atención médica y medicamentos gratuitos”, “pensión a adultos mayores”, “becas a jóvenes, discapacitados y madres solteras”, “recuperación del salario mínimo”, “educación pública, gratuita, histórica, cívica y moral”, “la cultura del pueblo es el antídoto eficaz para enfrentar la descomposición social, la corrupción y la violencia”, “la gobernabilidad es posible sin autoritarismo y con apego a las garantías individuales y sociales”, “el Ejército a la defensa de la soberanía, la seguridad, auxilio a la población y respaldo a las instituciones, pero no en la solución y represión de conflictos sociales. Nunca más una masacre”, “política exterior apegada a principios”, “relación de mutuo respeto y colaboración con el gobierno de Estados Unidos”, “política de austeridad, no puede existir un gobierno rico con pueblo pobre”.
“La corrupción es lo que más ha dañado al país, ha dado al traste con todo, ha sido la causa principal de la desigualdad social y económica”, “cancelar privilegios fiscales”. “La corrupción es lo que más ha dañado al país, ha dado al traste con todo, ha sido la causa principal de la desigualdad social y económica”.
“Lo imprescindible es contar con un proyecto alternativo de nación, que aglutine a los más amplios sectores de la sociedad para lograr un cambio verdadero”.
“Agradezco el apoyo de todos ustedes. Les ofrezco a cambio mi compromiso de no claudicar: ni nos vamos a dejar ni nos vamos a rajar”.
No sé qué me depare el destino, pero en cualquier circunstancia voy a seguir luchando. Tengo ideales y principios que es lo que estimo más importante en mi vida”.
“Que se escuche bien y que se escuche lejos, nadie nos va a quitar el derecho a la esperanza!”.
(Discurso completo en https://www.jornada.com.mx/2004/08/30/005n3pol.php?ori- )
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14 años después de labrar con perseverancia en cada municipio del país, una y otra vez, el pueblo de México desarrollo un nivel de conciencia y madurez política que hizo imparable la oleada electoral del 2018.
Esa conciencia política del pueblo mexicano está viviendo actualmente el reto de establecer los cimientos del nuevo régimen. Si a noviembre del 2024 logramos consolidar bases firmes del amplio, contradictorio, democrático y pluripartidista Régimen de la Transformación, la 4T tendrá futuro.
Me despido parafraseando los buenos deseos al régimen que comienza.
¡Larga vida a la 4a Transformación!
Nos leemos en la próxima. ■
Twitter: @cerrodelabufa
