Las precampañas terminaron, las cosas siguen como al inicio. Al comienzo del año 2023, en los medios de comunicación “tradicionales”, comentaristas, analistas e intelectuales, afirmaban que la ausencia de una figura central en la oposición era lo que colocaba a MORENA arriba en las encuestas.
MORENA se decidió por un proceso de encuesta para definir candidato o candidata para la presidencia, pero más que una encuesta, este método fue adoptado para mantener unidad y transparencia hacia los aspirantes y a los ciudadanos en general.
La oposición optó por un proceso abierto, pero a la vez cerrado. Parecía un proceso de elecciones primarias, pero no lo fue. Al final, terminó siendo un montaje, pues desde un inicio fue claro que sería Xóchitl Gálvez la candidata elegida desde la cúpula.
Con las precampañas agotadas y con un panorama claro de que la candidata de la coalición Juntos Seguiremos Haciendo Historia será Claudia Sheinbaum, por la coalición Fuerza y Corazón por México será Xóchitl Gálvez y por Movimiento Ciudadano será el zacatecano Jorge Álvarez Máynez, el rumbo por la presidencia de México está más que claro. MORENA consolida su unidad y, con tan solo un abrazo entre Claudia y Marcelo, derrumban cualquier origen de división que el PRI, el PAN y un moribundo PRD, tanto desean.
De manera desesperada convocan a una marcha el 18 de febrero llamada “marcha por nuestra democracia”, donde aseguran que la movilización es para protestar en contra de las intervenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador en el proceso electoral.
La marcha es muy clara, es un acto de campaña de los partidos de oposición, desde luego en contra del gobierno y de MORENA. Es aprovechar el tiempo muerto -la intercampaña- para intentar lo que no han logrado con la candidata Gálvez, prender.
Como vocero único de la marcha estará Lorenzo Córdova, el mismo que hace menos de un año, el 3 de abril del 2023, dejó de ser el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral. Imagine usted, querido lector, que mañana juega la final de un torneo de fútbol, y que el delantero y capitán del equipo contrario, es el árbitro que silbó la semifinal que ganaste la semana pasada, se vería raro ¿no? Pues de ese nivel es el espectáculo que tendremos en el Zócalo capitalino el 18 de febrero.
El centro político y cultural de México es el Zócalo, desde hace al menos un par de décadas dicho espacio solamente ha sido concurrido en su totalidad por un dirigente político, AMLO. Hablando de un evento meramente político, nadie más lo ha hecho. El propio presidente ha mencionado en sus mañaneras que, al menos en 66 ocasiones, ha llenado el Zócalo.
Por último
Regresó Ernesto Zedillo, joven promesa de la política mexicana, seguramente para sumarse a la campaña de Xóchitl Gálvez, eso sí, con disimulo. El presidente desde la mañanera ya le marco agenda haciéndole 4 preguntas:
1.- ¿Por qué convirtió las deudas privadas de unos cuantos, en deuda pública? ¿el Fobaproa?
2.- ¿Por qué envió al Congreso una reforma de pensiones en la que el trabajador, al jubilarse, no va a recibir ni 50 por ciento de su salario? ¿Qué lo llevó a dañar a los trabajadores? ¿Por qué lo hizo? ¿No sabía lo que iba a significar esa reforma a las pensiones de los trabajadores?
3.- ¿Por qué durante su gobierno no aumentó el salario mínimo, sino que, al contrario, se redujo el poder de compra
4-. ¿Por qué desapareció los trenes de pasajeros y se fue a trabajar de asesor a la empresa estadunidense a la que le entregó los ferrocarriles nacionales?
Seguramente no las va a contestar. El expresidente viene a hablar del populismo que vive la onceava economía del mundo, de la dictadura que tiene la moneda más fuerte en el mundo frente al dólar, del presidente más tirano que aumentó el salario mínimo de 88 a 249 pesos -el cual por cierto, en el sexenio de Zedillo, se redujo-, del presidente comunista que redujo en 5 millones el número de personas pobres y acortó la brecha de desigualdad, pasando de 35.6% en 2010 al 15% en 2022, y el presidente que, como dijo Xóchitl Gálvez, privatizó el sector privado, devolviendo la soberanía de la CFE, reconfigurando PEMEX y que regresó los trenes de pasajeros a México.
Afortunada se debe de sentir Claudia Sheinbaum con estas ayudas que le dan los expresidentes, comenzando con FOX, pasando por Calderón y terminando con Zedillo. Hasta la próxima…
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