Mientras cines, bares, gimnasios e incluso iglesias continúan sus labores cotidianas con aforo reducido, a partir del cambio de semaforización, las bibliotecas del estado tuvieron que cerrar sus puertas; así se comprobó por La Jornada Zacatecas y lo corroboró Simitrio Quezada, coordinador de Bibliotecas del municipio de Fresnillo, y ex coordinador estatal.
Con un semáforo rojo y naranja, las bibliotecas permanecen cerradas, en amarillo los bibliotecarios pueden dar servicio en 30% de aforo, y en verde se trabaja a toda capacidad
El pasado fin de semana, cuando se anunció que desde el lunes 24 de enero el estado regresaría a semáforo epidemiológico naranja, se dieron a conocer los nuevos lineamientos precisados por el Comité de Seguridad en Salud del estado; en estos, se precisa que actividades de fe, recreativas y de ejercitarse podrán continuar, aunque con un aforo disminuido, mientras que las bibliotecas, así como las escuelas, deberán permanecer cerradas.
Al respecto, Quezada lamentó que «en los lineamientos generales se hable de bares, discotecas, restaurantes, escuelas, pero casi nadie o nadie habló de una biblioteca; parece que las bibliotecas no existen para las autoridades sanitarias», expuso.
La poca relevancia que se les da, reflexionó, «es sintomático de lo que está sucediendo en la sociedad; para una sociedad para la que es más importante un gimnasio, un restaurante, un cine o un bar, y no la biblioteca, porque me parece que aquí está la respuesta de por qué estamos tan en crisis, por qué tenemos un sistema escolar tan endeble, por qué todos lo estamos olvidando», dijo.
Sin embargo, reconoció que la biblioteca no debe de tomarse como un repuesto para la educación, por lo que, en su gestión como coordinador estatal, decidió «homologar el funcionamiento de las bibliotecas en la pandemia con el de las escuelas y los centros escolares, y hemos sido muy cautos en cuanto al préstamo de libros», precisó, pues los contagios que se evitan en las ascuas, pueden presentarse en las bibliotecas, advirtió.
De manera adicional, informó que con un semáforo rojo y naranja, las bibliotecas permanecen cerradas; en semáforo amarillo, los bibliotecarios pueden dar servicio en un 30 por ciento de aforo, y en semáforo verde, se trabaja a toda capacidad, sin dejar de acatar las medidas sanitarias.
