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jueves, 2 mayo, 2024
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El financiamiento de la transformación: Gabriel Yorio

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Por: La Jornada Zacatecas •

En México no sólo están bajando el tipo de cambio, el desempleo y la inflación, también disminuye la pobreza. Las reformas que se implementaron en 2019 y 2020 sentaron las bases para un crecimiento con desarrollo y equidad, y fortalecieron la economía desde la base popular, a pesar del impacto de la crisis internacional por el covid-19.

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Hace unas semanas recibí a inversionistas extranjeros a quienes les sorprendía que algunos actores internos no compartieran la percepción internacional positiva que tiene nuestra econo-mía. La razón es que México tomó un camino y decisiones diferentes, las cuales están dando resultados y hacen que hoy destaque favorablemente en términos de estabilidad económica, política y social al compararlo con otros países.

No es posible crecer de forma inclusiva cuando el Estado se retrae de sus obligaciones de garantizar derechos y nivelar oportunidades. El dispendio, la ineficiencia en la inversión y la corrupción generaban que el gasto social no pudiera aumentar y la infraestructura se tuviera que privatizar. Además, en sexenios anteriores compensaban esta ineficiencia incrementando la deuda pública. Las pasadas dos administraciones elevaron la deuda en ocho puntos porcentuales cada una. Técnicamente, esto convertía el gasto público en una transferencia masiva de recursos al sector privado.

El presidente López Obrador rompió el enfoque neoliberal donde la tesis principal es que el mercado resuelve todos los problemas y asigna los recursos de forma eficiente. La realidad es que este modelo sólo había generado más inequidad entre personas, empresas y regiones, concentrando la riqueza y enviando transferencias de recursos al exterior.

Este gobierno decidió tomar definiciones diferentes de política pública, económica y de manejo fiscal, poniendo en el centro a la gente. En este sentido, la gestión social y financiera deben contribuir al bienestar universal. En el quinto año de gobierno, se ven los resultados que han roto con algunos mitos.

Por ejemplo, varios cambios de esta administración pueden ser catalogados como reformas laborales. Se dio rango constitucional a la pensión universal, transformándola en un derecho para todas aquellas personas que no pudieron cotizar en el mercado laboral. Igualmente, se eliminó el abuso de la subcontratación, se elevó el salario mínimo casi al doble, se reformó el sistema de pensiones para un retiro digno y se ampliaron los días obligatorios de vacaciones. Antes, esto era impensable porque se creía que provocaría inflación, desempleo o caída de la productividad. La verdad es que se creaba artificialmente la productividad sacrificando los derechos de los trabajadores. Los resultados hoy son una fortaleza de nuestro mercado interno, mayor creación de empleo formal y un bajo desempleo histórico.

Existía la percepción de que los programas sociales desincentivarían la participación laboral, generando dependencia. Pero hoy hay más personas trabajando y que quieren seguir en el mercado laboral. De hecho, la participación en el campo de trabajo alcanzó su máximo histórico en 2023, con un promedio anual de 60.3 por ciento, sobre todo por la creciente inclusión de las mujeres.

También estaba la creencia de que el gasto social va en detrimento de la inversión pública o viceversa. Por lo tanto, si se elevaba el desembolso en salud y educación, se tendría que reducir en obra pública, o se subía la deuda, o –el argumento de moda– se tendría que hacer una reforma fiscal. El manejo fiscal de esta administración ha logrado romper tendencias en cinco años. Se ha llevado el gasto social a un máximo histórico de 12.4 puntos del producto interno bruto (PIB), a la par de que ha aumentado la inversión en infraestructura, pasando de un mínimo de 2.1 a 3.8 puntos del PIB, especialmente en el sureste del país. Es posible ampliar ambos gastos sin presionar la deuda ni requerir una reforma fiscal. Lo que se necesita es un manejo adecuado de deuda, eliminar la corrupción y reducir la evasión fiscal.

La deuda se ha mantenido estabilizada alrededor de 50 por ciento del PIB y estaría en 45 si no fuera por el impacto del covid. México se distingue por tener uno de los niveles de deuda más bajos. Además, esta administración es la que más refinanciamientos de deuda ha realizado con el objetivo de disminuir su costo y liberar recursos para inversión.

México tiene tasas de impuestos similares a países avanzados, pero seguimos rezagados en recaudación tributaria porque la evasión persiste. Esto indica que se pueden acrecentar los ingresos públicos sin una carga fiscal adicional a los contribuyentes cumplidos. Al eliminar los huecos en la ley y la condonación de impuestos se logró engrosar los ingresos tributarios en 1.4 puntos del PIB, lo equivalente a una reforma fiscal. México necesita extender su recaudación mediante una reforma tecnológica que permita identificar con precisión la evasión sin afectar las actividades económicas.

En este sentido, la transformación del país se ha financiado sin aumentar la deuda como porcentaje del PIB de forma acelerada y sin subir impuestos, como en administraciones anteriores.

México está creciendo en promedio 3 por ciento después de la pandemia. El peso se está apreciando contrario a la depreciación que esperaban los analistas. El excedente bruto de operación de las empresas creció 12 por ciento entre 2020 y 2022, y la rentabilidad de las 35 principales empresas que cotizan en la BMV mejoró en promedio 19.5 por ciento en 2022, mientras los bancos reportaron ganancias históricas.

Adicionalmente, las inversiones continúan al alza. En 2023, México ocupó el onceavo lugar en captación de inversión extranjera directa. Los nuevos proyectos productivos se han incrementado 12 por ciento este sexenio y la confianza empresarial en invertir está en un máximo histórico.

La gestión del presidente López Obrador ha demostrado que una política económica humanista no sólo es viable, sino que produce resultados positivos con bienestar y justicia para todas las familias, incluido el sur-sureste, y que es posible tener un país incluyente donde le va bien a todas y todos.

Gabriel Yorio, Subsecretario de la SHCP

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