18.8 C
Zacatecas
jueves, 25 abril, 2024
spot_img

Ironías de las reformas universitarias

Más Leídas

- Publicidad -

Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO FLORES •

Las reformas universitarias, al menos en la Universidad Autónoma de Zacatecas, nunca han respondido a las necesidades, reales o imaginarias, de los universitarios. Cosa muy distinta es que sí tengan en cuenta las ambiciones de los grupos dirigentes. Por esto último, ser expresión de la imaginación de los que mandan, se limitan a reformar la ley orgánica, a solicitar recursos para activar la “gran transformación de Zacatecas desde la universidad” y a desplazar a grupos caducos. Una vez concluido el proceso formal, porque el movimiento real puede durar lustros o décadas, casi todo se mantiene igual. Así, para la siguiente reforma, se podrán esgrimir las críticas de siempre contra el estado de la educación universitaria: magistrocentrismo, falta de plazas de carrera, insuficiencia presupuestal, ausencia de normas, modelos educativos obsoletos, pase automático en la unidad de medicina, voto no ponderado y falta de vinculación con la sociedad. Y se propondrá la solución perfecta: una reforma. De paso se mencionan también las fallas de la democracia entre los universitarios, y se proponen soluciones como coartadas para distribuir el control presupuestario entre los grupos políticos. Como se desprende del contrato colectivo de trabajo UAZ-SPAUAZ, hubo un proyecto de universidad durante los 1970. Consistía, desde el lado laboral, en construir una universidad donde la mayoría de los docentes, investigadores y extensionistas fuesen contratados en plazas de tiempo completo y medio tiempo. Y una minoría en horas clase a tiempo determinado, porque este tipo de contrataciones se concebían como “extraordinarias”. Tal objetivo permitía, según se creía, ofrecer una mejor educación. No ocurrió así, no hubo los medios económicos para darle viabilidad a ese proyecto y otro se impuso. Ahora existe una mayoría de contrataciones a tiempo determinado y pocas en plazas de carrera. Y como la ideología imperante “demuestra” que la calidad educativa no se deteriora si se sobrecarga de trabajo a los profesores, entonces está claro que las ilusiones de la reforma de los 1970 eran eso: ficciones. Incluso las plazas de carrera y algunas horas clase se están desvaneciendo de la universidad con la complicidad de todos para “sanear las finanzas”. Es cierto, voces marginales imploran el reconocimiento de plazas vacantes definitivas, con poco éxito, quizá poca seriedad. Hay dos peticiones curiosas que, a pesar de haber sido resueltas de manera democrática o autoritaria una y otra vez se presentan, siempre, como problemas que aceptan una única solución: su negación. Son, el pase automático en medicina y el voto no ponderado. Como bien se sabe, una reivindicación permanente es lograr, por parte de los movimientos democratizadores, que los alumnos de la unidad preparatoria de la UAZ ingresen a la Unidad de Medicina Humana sin realizar examen de ingreso. Por extraño que parezca, este asunto se resolvió en la última reforma. Y por partida doble ya que también se acordó no realizar exámenes de ingreso, vía Ceneval, en la UAZ. Dos de los desacuerdos importantes del foro de reforma integral de 1999 fueron el pase automático en medicina y la aplicación de exámenes Ceneval. Se convocó a una amplia votación y ganó el rechazo hacia los exámenes de ingreso y el “sí” al pase automático. ¿Qué pasó? Al margen de toda la comunidad universitaria alguien decidió que no. Deben aplicarse loe exámenes de ingreso y se debe generar una burocracia para ello, y no debe haber pase automático hacia ninguna escuela. Otro de los acuerdos emanados de aquella reforma fue el voto no ponderado para la elección de autoridades. Aquí aconteció un hecho inesperado, una ironía. Durante las elecciones generales de la universidad de 2000 se eligió a las autoridades con voto no ponderado. Tal como se acordó y votó en el foro de reforma y quedó como resolutivo. Sin embargo, por razones no claras, aunque quizá compresibles, también en este punto se traicionó a los universitarios. El congreso del estado, o eso dijeron quienes en ello estuvieron involucrados, decidió rechazar esa determinación y se impuso el voto ponderado. Años después, en 2008, un participante en el congreso de reforma de 2000, que por azares del destino o su capacidad personal logró una diputación por el Partido Acción Nacional, decidió confrontar, desde su posición de diputado, a las fuerzas democráticas de la UAZ. Propuso, desde el Congreso del Estado, una modificación de la ley orgánica: “de lograr la reforma a un voto universal, libre y secreto significaría un gran paso para contribuir a una democratización plena de la máxima casa de estudios” (“Entra iniciativa del PAN para cambiar el voto ponderado a universal en la UAZ” La Jornada Zacatecas, 12/11/2010). ¿Qué pasó? Las fuerzas democráticas decidieron de nuevo que esa propuesta era un despropósito, aunque haya sido en su origen una decisión del foro de reforma de 1999, avalada por el Consejo Universitario. ¿Para qué sirve un foro de reforma? ¿Surge acaso de las bases universitarias? Funciona para legitimar transiciones de un estilo autoritario de gestionar el presupuesto universitario a otro bajo la bandera de una democratización más profunda o de un nuevo modelo de conocimiento y educación. Su motivación surge en la burocracia de la secretaria de educación pública, la que debe verse generosa de fondos o no habrá reforma.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -