■ La obra relata la historia de dos personas que son víctimas de secuestro
“En México diariamente se vive en un hotel de arraigo donde todos somos sospechosos, vivimos encerrados y oprimidos por la eterna sospecha. En estos momentos están torturando a alguien en México, ahorita un grupo de policías judiciales están en Zacatecas, Sonora o Aguascalientes.
Ahora a alguien le están dando de golpes, poniéndole bolsas en la cabeza para que confiese un delito porque es el único sistema de investigación que existe en el país”, dijo el escritor Imanol Caneyada, en la charla literaria en la que presentó su libro Hotel de Arraigo, el cual fue presentado por el zacatecano Mauricio Moncada.
El escritor expuso que el sistema ha logrado convertir en criminal a cualquier víctima de violencia, ya sea en un caso de violación, de homicidio o de otro tipo, pues cualquier ciudadano no se salva de sospecha.
Para el también periodista de origen vasco, pero sonorense por adopción, el primer generador del crimen en cualquier sociedad viene desde el poder, como esta figura del hotel de arraigo, de construir espacios de tortura y dolor.
Canayeda comenta que el sistema ha construido espacios de arraigo, para poder ejercer sus prácticas de tortura sin que nadie los moleste. Además aborda de forma indirecta el tema del secuestro, del cual se desprende el secuestro burdo, al que está expuesta cualquier persona.
También existe otro nivel de secuestro, que sucede en las altas esferas de la sociedad, grupos de élite que utilizan incluso helicópteros y que están conformados hasta por ex militares, situaciones en donde ningún poder fáctico pueda o quiera detenerlos.
Mauricio comentó que como lector, desde el inicio y el título de la obra, pareciera que se tratara de una novela negra, pero lo que se cuenta es cotidiano y eso no permite que se establezca en un determinado género por los elementos que contiene.
El texto habla de Arnulfo Lizárraga, un agente del grupo anti secuestros, que lucha por sacar adelante a una típica familia de clase media, llena de frustraciones y problemas de comunicación, sumida de lleno en el consumismo y la ansiedad de pertenecer a un estatus.
Gabriel García, hijo único de un empresario cercano a los círculos de poder, es un adolescente que vive aburrido, obsesionado con grabar con el teléfono celular sus encuentros sexuales y organizar fiestas donde cunden los excesos de drogas y alcohol.
Tras ser acusado de tener nexos criminales, Arnulfo es degradado y termina como custodio en un hotel de arraigo de la Policía Judicial. Al mismo tiempo Gabriel es secuestrado. Es cuando sus vidas se cruzan y ambos quedan expuestos ante la brutalidad en un mundo donde las relaciones personales se marcan por el absurdo, la mentira y la codicia.
