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martes, 23 abril, 2024
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La Utopía en el Hogar (35): Reflexión sobre la irreflexión

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Por: Jorge Humberto De Haro Duarte •

El año se ha ido en medio de circunstancias que de súbito afectaron no solamente la forma de llevar la existencia cotidiana, también se vio afectada la manera en que la convivencia y trato personal, se acabó la escuela en la forma en que la conocemos, los comercios han cambiado sus protocolos de compra venta, ni que decir de las actividades bancarias, el trato con las instituciones que aportan servicios públicos y privados se ha vuelto complicada, se acabó el jolgorio, los espectáculos públicos se redujeron a nada, las relaciones laborales se complican ante la incertidumbre y tantas formas de ser y estar que, ahora sí, fueron trastocadas.

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Todo se transformó, y esto obliga a la gente a transformarse en consecuencia, pero para lograr tal efecto hay que llevar a cabo un cambio radical en la forma en que hoy día se enfrenta a las existencias, la que nos queda de siempre y la que se tiene que diseñar para enfrentar el futuro. No hay vuelta de hoja. Sin embargo, dadas las últimas tendencias sociales que han determinado los estilos de vida, en lugar de poner a un grupo de expertos en comportamiento a ayudar a diseñar las formas congruentes de convivencia para la supervivencia, la mayoría de los que tienen que tomar este tipo de decisiones se paralizan y parecen encomendarse a sus santos de devoción para que todo se arregle y se ajuste como lo disponga la divina providencia y se acude a disciplinas y formas impredecibles de imaginar siquiera, basando su falta de compromiso en seudociencias y teorías que adoptan el razonamiento mágico y en el mejor de los casos el mentalismo ramplón para eludir todo tipo de compromiso.

Para resumir, se sigue evolucionando dentro de un proceso de cambio obligado en que las personas no cambian nada, y no porque no quieran o tengan una actitud o posesión maligna que los tenga prisioneros dentro de los dominios de la fatalidad, el problema es que (y ahí me incluyo) no se sabe como hacer las cosas. Y ahora es cuando tronó el ejote, durante cincuenta años los detentadores del poder nadaron de muertito y la eterna oposición (que hoy día, se dice, es la que está en el poder) ejerció su política de supervivencia a través del chantaje político y la propuesta de utopías que conducían a ninguna parte y se olvidó lo esencial, la buena educación. En todos los sectores. Hoy día, ante la incapacidad social de resolver y prevenir sus problemas y una ceguera plena para diseñar el porvenir, tanto el presente como el futuro lucen desoladores. La solución es simple: rediseñar un futuro promisorio a partir de la educación de excelencia. Lo primero exige lo segundo. Pero, como siempre, este tema seguirá siendo un clamor en el desierto.

Así que, a la luz de la falta de hechos y en pleno período de emergencia, solo queda refugiarse un poco en la poesía. Cuando menos, a ella se le puede interpretar sin importar la capacidad intelectual o antecedentes educativos de quien la disfruta. La poesía no engaña ni se agandalla a nadie. Les comparto este trabajo escrito por un servidor hace algunos años. Salud.

Sueño número dos (1993)

Espacio tiempo equilibrar andando
razones clausuradas
abismos enclaustrados
ojos sin horizonte en un morir pensando.

Una ígnea saeta envuelve los destinos
de un correr espantado hacia ningún camino.

El poeta murió de irrelevancia
y la bestia se irguió en un desafío
contra la ciencia y la perseverancia
rompiendo la pelota con cerebro vacío.

Hay un terror que nos destroza el miedo
y de la vida sólo un grotesco remedo.

¿Tendremos que esperar un milagro encendido?
¿Habremos de aguantarnos sin defecar el nido?
A veces es penoso estar tan impedido
de hacer crecer en paz todo lo conocido
y de vivir en deuda por solo haber nacido.

Quisiera la fortuna de los hados del tiempo
regresar al principio del azar del sustento
cuando el hombre a la tierra le arrancaba contento
con apego y respeto en su debido tiempo.

Y así pasa la noche y nos acosa el día
y así transcurre todo sin penas ni alegrías
el plof de lo podrido inunda con encono
y la única esperanza es que sirva de abono.

Hoy no habrá que pensar, paremos todo.
Que el mundo se detenga en su afán presuroso.
Que empiecen juegos sabios, que salgan los leprosos.
Que los magos y santos salgan codo con codo.
Que fauna, flora y diesel sobrevivan con modo.
Que bailen todos juntos, sean limpios o apestosos.
Que todos se entretengan actuando como bobos…
y que la providencia nos quite lo baboso.

La Historia me adormece como un opio.

Hoy no respiro Amén

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