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jueves, 28 marzo, 2024
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Pintar la raya

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Llegó Biden y se fue Trump. El bufón abandonó la Casa Blanca precipitadamente sin recibir ni despedirse de sucesor como obligaba el mínimo gesto de cortesía. Este es un valor de caballero educado que el de la melena amarillo naranja es lo que menos tiene, como pudo constatarlo todo el mundo durante el tiempo que gobernó al decadente imperio como chivo en cristalería.

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La llegada del octogenario presidente no puede ser más esperanzadora. “Vamos a liderear no meramente con el ejemplo de nuestro poder, sino por el poder de nuestro ejemplo”. Según dijo en la ceremonia de investidura de su cargo. Una hermosa frase cargada de simbolismo y de filosofía moral que nos recuerda a la moral cristiana en uno de sus principios: “por sus frutos los conoceréis”. Con esta declaración y en todo su discurso buscó desmarcarse de su bárbaro antecesor, glorificador del suprema sismo racista blanco.

Pintar la raya significa amén de hacer un desmarque, diferenciarse de una conducta o forma de hacer política en el caso de los gobernantes. No es otra cosa que un deslinde. Implica una postura, un pensamiento y proceder distinto y hasta opuesto en entre el antecesor y quien lo releva.

Con Biden pareciera que vuelve la normalidad. Es un retorno a la realidad trastocada en los últimos cuatro años.

Se fue Trump y lo hizo como llegó. A punto de abordar el avión en el que regresaría ya como un ciudadano a su feudo en Florida, lanzó la bravata de que el movimiento que lo respalda apenas inicia. Sueña quizá, si la justicia no le echa la mano y lo procesa -por las demandas que sobre él pesan relacionadas con acoso sexual, deudas y evasión de impuestos-, ser nuevamente el abanderado de los republicanos y del movimiento nativista gringo conformado mayoritariamente por blancos que se sienten desplazados.

Con la llegada del nuevo presidente norteamericano se disipan las dudas y parte del misterio de López Obrador en torno a su colega. Este declaró una vez que conoció las ordenes ejecutivas relacionadas con México y los mexicanos que coincide con algunos de sus planteamientos.

No es poca cosa el que entre esas disposiciones que rubricó en su primer día como gobernante tengan que ver con suspender la construcción del muro fronterizo, el mismo del que Trump se ufanaba que pagarían los mexicanos. Otras ordenes ejecutivas tienen que ver con reforzar el programa DACA (Programa de acción diferida para los llegados en la infancia), revocación de la exclusión de los no ciudadanos del censo y la anulación de los esfuerzos agresivos contra los indocumentados, que tiene que ver según lo interpretamos, con el inhumano proceder de expulsar a este lado de nuestras fronteras a los extranjeros que solicitan ingresar a los Estados Unidos y separar a los padres de sus hijos enjaulando a estos. Con estas ordenes ejecutivas que fueron 17, de esta forma Biden pinto su raya con respecto al misógino y xenófobo antecesor. Por si lo anterior no bastara, los Estados Unidos se reintegran a la OMS para coordinar el combate a la pandemia del COVID 19 y retoman el acuerdo climático de París en favor de las energías limpias.

Si no resulta ser un lobo con piel de oveja, los propósitos de Biden relacionados con nuestro país nos hacen abrigar esperanzas en nuestras relaciones con el vecino del Norte.

México con su presidente por delante debe pintar también su raya con nuestros vecinos. Con la colaboración que beneficie a ambos países y respeto mutuo. El que un gobernante demócrata ocupe el lugar dejado por un republicano, no garantiza nada. Esta el caso de Obama que fue quien más mexicanos repatrió.

Por sumisión. Mas por miedo que que respeto o por una cuestión táctica en materia migratoria, Obrador se plegó para evitar el pago de aranceles comerciales y el daño a nuestra economía a los designios arbitrarios y chantajistas de Trump.

El trato con el recién estrenado mandatario debe ser diferente y de mayor beneficio para las dos naciones. Apoyar y colaborar en las coincidencias y dialogar y negociar las diferencias. Toda conducta injerencista que busque lesionarnos debe ser señalada y denunciada y buscar ponerle freno. Veremos de color pinta el verde. ■

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