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miércoles, 24 abril, 2024
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Una ruta para la izquierda

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ • Admin •

Conocí a Alejandro Encinas Rodríguez a mediados de la década de los años 70 en las reuniones de coordinación de quienes impulsábamos la creación de los sindicatos universitarios; él trabajaba en Chapingo y yo me desempeñaba en la UAZ. Después nos volvimos a encontrar en la lucha por el registro electoral del Partido Comunista Mexicano, en los debates para lanzar la política de unificación de las izquierdas que dio origen al PSUM, al PMS y al PRD; compartimos la experiencia de ser diputados federales de oposición de 1991 a 1994 en pleno apogeo del régimen salinista, cuando señaló despectivamente, después de un informe en el que me correspondió interpelarlo, la famosa frase “ni los veo ni los oigo”. A partir de esos años de convivencia en las distintas trincheras de la lucha política, hemos mantenido una amistad que no se ha visto lastimada en los episodios en que hemos mantenido posiciones distintas, como ante el episodio que me llevó a salir del PRD y algunos otros. En nombre de esa amistad es que la semana pasada recibí su llamada telefónica para invitarme a su segundo informe como Senador de la República, la cual acepté con mucho gusto, y ayer tuvo el gesto de referirse a nuestra larga convivencia política cuando, inmerecidamente, me mencionó como uno de sus invitados especiales.

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El evento fue muy significativo por la asistencia de una buena parte de fundadores del PRD y ex compañeros de distintas luchas; ahí estuvieron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, el güero Javier González, Laura Itzel Castillo, Saúl Escobar, Asa Cristina Laurell y muchos más amigos y compañeros; todos escuchamos con emoción el diagnóstico de Alejandro sobre el país, el gobierno de Enrique Peña Nieto, el sistema de partidos y, especialmente, del PRD. Acto seguido informó que unos momentos antes entregó el documento con su renuncia irrevocable al partido del que fue destacado fundador y militante. Con elegancia dejó de lado la ofensiva carta publicada antier por Carlos Navarrete, en la que exhibió su pequeña estatura política. Para terminar su mensaje político, comunicó su intención y la de muchos de sus compañeros más cercanos de avocarse a la regeneración de las izquierdas. Enseguida transcribo sus propias palabras: “…queremos proponer y convocar a crear una Red Nacional para la Reivindicación de la Izquierda, como un espacio de reflexión y de encuentro plural, amplio e incluyente, que permita la confluencia de personas sin partido, de intelectuales y líderes de opinión, de quienes participan en distintas organizaciones de la sociedad civil o de quienes militan en algún partido, de izquierda, las fuerzas progresistas y la socialdemocracia, a fin de revertir el extravío que vive el Estado mexicano, sus instituciones y los partidos políticos. Reconstruir una identidad democrática y libertaria que aspira a crear una sociedad equitativa y justa”.

Más adelante agrega: “Una red de ciudadanos y organizaciones convencidas de la lucha democrática, que reconozca su pluralidad, respete sus diferencias y supere las actitudes fundamentalistas y sectarias, así como las prácticas clientelares, la corrupción y el burocratismo que han minado la credibilidad en la política y su vínculo con los movimientos sociales”. Y casi al final perfila el propósito central de sus esfuerzos: “…El resultado de las elecciones de junio de este año, obligará a replantear los términos de la participación electoral de las izquierdas si se quiere disputar la Presidencia de la República en 2018. Por lo que desde ahora planteamos abrir un espacio de reflexión respecto a la creación de un nuevo modelo de articulación y unidad de las izquierdas y de las formas que puede adoptar su futura participación electoral”.

Coincido con Alejandro en esa apreciación pues los resultados electorales que obtendrán los partidos tradicionales de la izquierda convencerán a sus bases de que llegó el momento de iniciar otra etapa. Creo que la presión sobre los Chuchos, Alberto Anaya y Dante Delgado, será de una intensidad que los obligará a participar en el esfuerzo que desde ahora prefigura Encinas. Asimismo estoy convencido de que los resultados que arrojará el proceso en Zacatecas también presionarán a todos los liderazgos a no perder tiempo y sentarse a dialogar sobre cómo crear las condiciones para presentarse unidos en el proceso electoral local de 2016, en el que se renovarán todas las autoridades.

Para terminar, me parece importante destacar que el senador Encinas se mostró muy preocupado por la manera como está manejando el gobierno el espinoso asunto de los estudiantes masacrados y desaparecidos en Iguala. Lo único que está logrando es afianzar la convicción de millones de que están apostando a que por cansancio el tema se olvide y el gobierno pueda seguir con sus planes como si no pasara nada; pero existen indicios, señales de que la población no se cansará y mantendrán las movilizaciones. Esperemos que la violencia no se desborde. Enrique Peña no debe jugar al aprendiz de brujo. ■

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