Justo en 2017 se cumplen 40 años de que, gracias a la reforma constitucional en materia política, impulsada por Jesús Reyes Heroles, se reconoció el derecho a la información. Se adicionó entonces al artículo sexto, la leyenda: “El derecho a la información será garantizado por el Estado”. Desde entonces, según retrata Jorge Carpizo (La Reforma política de 1977), se entendía a este derecho como una garantía para la democracia y su ejercicio como un requisito indispensable el debate público.
Luego de un complejo período de transformaciones jurídicas e institucionales que a partir de entonces comenzaron su trayectoria en nuestro país, y que en términos más o menos aceptados, culminó en su etapa electoral en 1996, la alternancia en el Poder Ejecutivo Federal vivida en 2000, revitalizó la demanda de transparencia de la ciudadanía, permitiendo en 2002 la primera Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental. Luego, las reformas de 2007, 2013 y 2014, se consolidó, en términos constitucionales, el derecho de acceso a la información, integrando en estas reformas, diferentes requerimientos mínimos en toda la federación, con tal de que este derecho tuviera un piso básico en todo el país, para toda la ciudadanía.
Desde 2015, con la promulgación de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, hemos vivido un interesante proceso de transición institucional en la materia, mismo que ha permitido en su implementación, la mejora constante y la adopción de esquemas novedosos, mismos que han puesto a México a la cabeza, tratándose de legislaciones a nivel mundial en la materia.
Todos los anteriores pueden enlistarse entre los avances que la transparencia ha tenido en nuestro país, sin embargo a todos ellos hay que sumar un importante número de pendientes que nos quedan para poder hablar de los retos que tendremos enfrente en un par de años. Quizá el más importante de los pendientes continúa siendo el cultural-burocrático, aunque es indudable que se ha avanzado, en mucho, gracias al papel de los órganos garantes (en Zacatecas léase IZAI), que con una visión de avanzada y a favor de la población, han ido generando entre los servidores públicos conciencia de la importancia de esta obligación en su caso. Aún así queda por hacer de la transparencia un asunto menos mecánico, más racional y sobre todo, entenderlo en la dinámica de la gobernanza, que debe mantener siempre un lazo de comunicación, colaboración y corresponsabilidad, entre el Estado y la sociedad. Quizá, en estos términos, se pueda englobar todo lo que implica un derecho de acceso a la información pleno en nuestros días. También es urgente la legislación relativa a archivos, pues es una verdad aceptada, que sin la correcta organización y conservación de la información, el derecho de acceso será nulo en términos prácticos.
Los retos que vendrán, una vez que la administración pública, y el Estado en general, se encuentre preparada para asumir cabalmente la exigencia ciudadana de transparencia y acceso a la información pública, será el de permitir que todos los datos obtenidos a través de esta vía sirvan para la mejora sustancial de nuestra democracia, en un sentido amplio: que contribuyan a combatir la corrupción, erradicar la impunidad, reducir la desigualdad (en mucho relacionada con los dos males anteriores), para ampliar la preocupantemente baja credibilidad de las instituciones (públicas y privadas), desarrollar una deliberación pública sustanciosa y mejorar, con la coparticipación cívica, el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas.
Hacer que de la transparencia, surja como estrategia articulada y exitosa, el Gobierno Abierto y la gobernanza, son los retos más próximos, necesarios y benéficos que la materia tiene enfrente.
En este sentido, es importante destacar que solo involucrando a medios de comunicación, sociedad civil, gobierno y academia, tendremos un camino que nos permita el éxito, procurando la apertura, el diálogo, la flexibilidad y el aprendizaje constante, en un asunto en el que somos referencia internacional.
(Aprovecho el espacio para felicitar al Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales, por su Primer Informe de Labores, en el que, rindiendo cuentas, han demostrado que Zacatecas tiene avances que habrá que consolidar, enhorabuena). ■
