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martes, 23 abril, 2024
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Las confederaciones y los sindicatos nacionales siguen en el PRI

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Por: Óscar Alzaga •

La CTM, CROC y otras centrales y la mayoría de los sindicatos nacionales siguen afiliados al PRI y a su estructura antidemocrática vertical, incluso los sindicatos que anunciaron su salida (FSTSE), siguen ideológicamente en el PRI. La CTM desde la creación del PRI de Miguel Alemán en 1946, la CROC en 1952. Así la mayoría de los sindicatos nacionales de industria. Queda claro que el PRI no siempre fue igual: a partir de 1982 se volcó a la derecha y, consecuentemente, actuó contra su propia identidad: rechazó la Revolución del 10, la Constitución de 17 y la obra cardenista de 1934-40, arrastrando a las centrales y sindicatos.

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Así ataron a las organizaciones sin cambiar, aunque en declaraciones digan que están con la 4T: con direcciones desvinculadas de sus bases, con prácticas ilegales de control. Formalmente Romero Deschamps salió del sindicato petrolero, pero siguen las mismas prácticas contra los auténticos petroleros, al mantenerlos bajo el ilegal control sindical.

El PRI de 1946 no se parece al PRM de 1938, ese fue un error de la izquierda: ver sin cambios casi todos los momentos de la historia, una historia plana. Rechazaron primero a Cárdenas, para después aceptarlo y someterse a él e ingresar al PRM, la CTM y el PCM. La historia no es un pasado muerto, inamovible, es la memoria política viva del pueblo y sus luchas, con trascendentes enseñanzas para la nación.

Las centrales y los grandes sindicatos en todo el mundo han sido y son claves para la defensa de los trabajadores, ante el gran poder del capital y su organización patronal, cercana y dominante al Estado. En México la trayectoria de las centrales ha dependido mucho de la situación política prevaleciente: A la caída de la dictadura de Porfirio, con Madero, se logran las libertades, como legalizar los sindicatos en 1911, así nace el primer sindicato nacional minero. El artículo 123 constitucional, sólo se cumple cuando los obreros de Monterrey en 1918 van a la huelga general, por las 8 horas y el salario mínimo, ante la negativa patronal.

En 1912 nace la Casa del Obrero Mundial y en 1918 la CROM, aunque de distinto origen, inician a favor de los trabajadores hasta que ambas son subordinadas por los gobiernos en turno, despareciendo la primera y alargando su vida hasta hoy la segunda. En 1921 surge la CGT como oposición independiente a la oficialista CROM, pero el asesinato de Obregón en 1928 provoca la desbandada de la CROM, a la par que la CGT entra en decadencia. Débiles las centrales, los ferrocarrileros se fortalecen con la huelga de 1926-27, que unificó a la mayoría y formaron el más grande sindicato industrial de 35 mil socios en 1933, con presencia y gran movilidad en todo el país.

Las huelgas mineras de 1925 y 1926 llevan a organizar la Federación Minera de Jalisco el 18-X-1926 y poco después la Confederación Obrera de Jalisco, con David Siqueiros al frente. A la vez los petroleros hacen huelgas en esos años en El Águila, que les permite formar sus sindicatos y poco después en La Huasteca forman otros. En ese ambiente, en 1929 crean la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM) los comunistas con Julio Antonio Mella, Siqueiros, Elías Barrios y Valentín Campa y obreros ferroviarios, mineros, petroleros y otros.

El Sindicato Ferrocarrilero que nace en 1933 promueve la formación de otros sindicatos: enlaza a los mineros alejados entre sí en lugares donde solo entraba el ferrocarril, formando los mineros su Sindicato Nacional en 1934; siguieron los obreros del riel el enlace de petroleros, formando el Sindicato Nacional en 1935 en la sede del Ferrocarrilero, el segundo caso fue más difícil por las guardias blancas de la industria petrolera en manos extranjeras. En 1933, por la crisis de la CROM, se salen de ella Lombardo y “los cinco lobitos” para formar la Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM).

Los gobiernos de Obregón de 1920-24, de Calles 1924-28 y el Maximato de Calles de 1928-34, fueron hostiles a los trabajadores, sus luchas y demandas, más proclives a los patrones y sumisos al capital extranjero. Traicionaban la Revolución, daban por concluida la reforma agraria y reelegían a Obregón en 1928. En esas condiciones surge la candidatura a presidente de Cárdenas, quien al gobernar Michoacán promovió la organización de los trabajadores de ese estado.

Desde su campaña electoral y con el Plan Sexenal Cárdenas convocó a trabajadores, campesinos, maestros y cooperativistas a organizarse y unificarse con autonomía, para defender sus derechos y la Constitución, la Ley Federal del Trabajo de 1931 y la Ley de Cooperativas de 1933. Fue tal la confianza de los trabajadores en sí mismo, que en 1935 el movimiento obrero realizó 624 huelgas por los salarios y prestaciones; en 1936 fueron 674 y casi igual en 1937 y 1938, no solo fue la cantidad de huelgas sino la calidad de ellas, que alcanzan los mejores contratos colectivos de trabajo, rompiendo la tradición laboral de 400 años de “mando y obediencia” creada desde la Nueva España, para pasar el trato bilateral entre capital y trabajo, se impone el respeto al sindicato.

El gobierno de Cárdenas cumplió la ley laboral por primera vez en la historia, a la vez que enfrentó la ira y amenaza patronal del Jefe Máximo Calles en 1935; de los empresarios de Monterrey en enero de 1936 y su paro total de 3 días, Cárdenas les dijo: “o abren las empresas y trabajan o el gobierno y los obreros las abrirán”; confrontó a las empresas más poderosas del mundo la Standart Oil y la Royal Dutch y a sus gobiernos yanqui e inglés; encaró a los hacendados de la Comarca Lagunera y del país para hacer la más importante reforma agraria de la historia; enfrentó a la jauría mediática de EUA que lo llamó “comunista”, etc. Todos esos enfrentamientos concluyeron en grandes obras, en las que fueron decisivas las luchas obreras y su organización.

Sin las luchas sindicales y de cooperativas no hubieran sido posible: la expropiación petrolera, la reforma agraria, la alfabetización, el auge de cooperativas, la nacionalización del FFCC, la creación de CFE y otras, que debieron más a las luchas de los sindicatos, que de la CTM.

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