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viernes, 29 marzo, 2024
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Vida académica, administrativa y estudiantil de la UAZ en los años ochenta (parte 7)

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Por: Juan Manuel Rivera Juárez •

Durante los meses de abril y mayo, del año de 1988, la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) centró algunos de sus esfuerzos en el rol, alcance y objetivos de la extensión universitaria, así como en crear un escenario de confluencia e ideología entre los candidatos a la Presidencia de México para el periodo (1988-1994), con el que se pretendía conocer y analizar las diversas propuestas para las universidades autónomas que funcionaban en el país. Los días 6 y 7 de abril de 1988 se realizó un encuentro sobre extensión universitaria en el que se abordaron temas como: a) Los campos de la extensión, b) Cultura y Universidad, c) Difusión de la cultura, d) Comunicación y e) Universidad y educación no formal.

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Las premisas fueron: 1) Asumir la cultura en términos de homologar la importancia de la técnica, la ciencia y las humanidades con las artes y las letras. 2) La necesidad de que la Universidad definiera, con claridad, un modelo cultural propio que permitiera impulsar el desarrollo integral de sus funciones. 3) Generar y difundir la cultura teniendo en cuenta las necesidades específicas que le dan vida a la Universidad, así como de aquellas formas y reacciones en que está inscrita; para ello se deberían crear los mecanismos para una continua vinculación con la sociedad. 4) La cultura universitaria debería elaborarse de acuerdo con las propuestas que surgieran del espacio social inmediato a ella, incorporando los elementos de cultura universitaria que se consideran convenientes, es decir, se preservarían los espacios regionales y étnicos que le den identidad propia, sin aislarse de otras propuestas culturales y 5) Para que la comunidad universitaria enriqueciera el bagaje cultural con el que ingresa la Universidad, debería transformar su estructura vigente.

A la cultura se le concebía como el conjunto de instituciones, formas de producción y de organización y todos los demás rasgos comunes (sociales, científicos, técnicos, artísticos y filosóficos) que dan identidad, perfil propio y cohesión a los grupos humanos. En consecuencia, la cultura universitaria debería orientarse a darle vigencia y actualidad al concepto expresado, a partir de sus tareas sustantivas. Y debería plantearse como prioridad llegar a los sectores de la sociedad que, tradicionalmente, eran marginados de su beneficio.

Las consideraciones generales sobre la extensión universitaria y la difusión de la cultura fueron: La extensión universitaria debería contribuir al cambio en su estructura permitiendo convertir a la Universidad, sin abatir en ningún grado, su nivel académico, en conciencia crítica frente a la sociedad como agente dinámico de transformación y de desarrollo. La extensión universitaria es una tarea que debe dejar de ser vista como simple complemento de la educación que se ofrece en la Universidad. Debe ser algo que vaya más allá de estas intenciones, ir extramuros tomando en cuenta a grupos sociales que, por distintas condiciones sociales y económicas, no han sido objeto de atención de parte de la Universidad, pero que indiscutiblemente forman parte del medio en el que está inmersa. La extensión universitaria y la difusión de la cultura no son dos aspectos contrapuestos ni equivalentes, sino complementarios. La extensión universitaria no es sinónimo de enseñanza e investigación porque esto significa la existencia de solo dos funciones sustantivas. Es una de las tres que sustentan la vida orgánica de la Universidad. 

Asimismo, la extensión universitaria debe buscar el consenso entre el quehacer universitario, como función integradora de lo científico, lo artístico y lo cultural, en una doble orientación: al interior, con el conjunto de la comunidad universitaria, y al exterior, con la sociedad civil. La extensión universitaria es el espacio en donde se crea y recrea la cultura, mediante el entrecruzamiento de las actividades de docencia e investigación para ponerlas al servicio de la comunidad universitaria y de la sociedad en general. Es el conjunto de acciones múltiples que realiza la Universidad para extender a la población, en general, los beneficios del conocimiento científico, humanístico y del arte. La extensión universitaria es el conjunto de servicios que ofrece la Universidad, una herramienta indispensable para vincularse estrechamente con el entorno social que la aloja. Lo que implica una comunidad universitaria y la sociedad civil en continua interactuación.

En lo que atañe a la difusión de la cultura, las consideraciones fueron: Describe un espacio convivencial –autónomo, irreductible– caracterizado por un permanente proceso de creación, promoción e intercambio del conjunto de las disciplinas artísticas –literatura, artes visuales, música, artes escénicas–, íntimamente ligadas a uno de los objetivos centrales de todo proyecto de extensión universitaria: la sensibilidad comunitaria. La Universidad debería elaborar un amplio programa de coordinación institucional en donde el circuito cultural cumpla con todos y cada uno de sus objetivos esenciales: desde la creación hasta el intercambio –personal y colectivo– de los diversos contenidos artísticos, históricamente implícitos en su filosofía y su acción social. La difusión de la cultura deberá también admitir, dentro de sus preocupaciones centrales, el análisis y la comprensión interdisciplinaria de sus elementos formativos.

La comunicación (se proponía que se viera como) un aspecto de la extensión universitaria que debe servir para informar, formar y transformar, tanto al interior como al exterior. La comunicación es el proceso mediante el cual la Universidad informa y se informa: debe utilizarse para socializar la actividad científica, artística y cultural que la Universidad genera. La difusión cultural, la comunicación universitaria, el servicio social, la extensión editorial, la extensión deportiva, la educación no formal, son los elementos que le dan cuerpo y forma a cada una de las funciones sustantivas de la Institución, la extensión universitaria.

Referente a la educación continua las consideraciones fueron las siguientes: se debe de constituir un Centro de Educación Continua que permita optimizar recursos mediante la integración de las distintas actividades que, relacionadas con éste, ya existan, así como para dar servicio de formación, capacitación y actualización, en lo interno, a profesores, estudiantes y trabajadores, y en lo externo, a la sociedad en general. Para concretar las consideraciones expuestas, se requería, por parte del Honorable Consejo Universitario (HCU), la aprobación de una Coordinación General de Extensión Universitaria para coordinar e integrar las múltiples acciones que, sobre extensión universitaria, existían.

En mayo de 1988, en respuesta a la invitación formulada por la Facultad de Derecho de la UAZ, se presentaron en el Auditorio de Humanidades los candidatos presidenciales. Por el Frente Democrático Nacional asistió Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano; el candidato por el Partido Demócrata Mexicano (PDM), Gumercindo Magaña, y el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), J. Manuel Maquío Clouthier, quienes expusieron sus plataformas políticas. En los meses de mayo y junio, del mismo año, se esperaba la participación de Heberto Castillo, candidato del Partido Mexicano Socialista (PMS), y Rosario Ibarra de Piedra, del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), no así la del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Carlos Salinas de Gortari, quien no aceptó la invitación.

Cárdenas Solórzano reivindicó los principios de la escuela rural mexicana y de la educación popular, nacionalista y revolucionaria, por considerarla como la única opción para garantizar que el país continuara por el sendero de la autodeterminación y la libertad. Magaña fue explícito al reclamar la educación como libertad de los padres para con sus hijos, y demandó que las universidades debían permitir el acceso al mayor número de jóvenes. Clouthier, tras señalar que los buenos gobiernos se miden por lo que el pueblo haga, y por la confianza que tenga para actuar en libertad, demandó -manos fuera de las universidades, porque nadie tiene que venir a manipular y poner en riego el vivir pleno de las instituciones de educación superior. ¡Yo sacaría las manos de las universidades! Las universidades no deben rendir cuentas al gobierno, deben mostrar al pueblo a dónde van a parar los dineros que se les proporcionan; deben encausar sus actividades para fortalecer, para propiciar el cambio en la educación, para que se alejen del dogmatismo de la enseñanza única-.

Sé parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes: http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ; https://twitter.com/LumatUaz.                                                           

*Docente Investigador de la Unidad Académica 

de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT.

    [email protected]

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