10.8 C
Zacatecas
viernes, 29 marzo, 2024
spot_img

Notas sobre la… “Rabia contra la máquina de guerra” en Washington D.C. (o de… ¿Cómo podemos -juntos- detener la carrera hacia la 3° Guerra Mundial?)

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RICARDO BERMEO •

La ausencia casi total en el debate público de un tema que debería estar situado en el centro mismo de la reflexión colectiva en torno a la situación mundial contemporánea, en la medida en que estamos transitando -vertiginosamente- los puntos de inflexión, rozando el -cada vez más- inminente peligro de una conflagración nuclear. 

- Publicidad -

Apenas y si tenemos referentes para advertirlo, en la medida en que nos enfrentamos a decisiones ya tomadas desde algunos de los principales centros de poder -de manera oligárquica y vertical-, y recurriendo a una manipulación de la información global -incluida una omni-creciente censura y un “nuevo macarthismo” ejercido en los medios masivos de comunicación, en las redes sociales, en las universidades, etc.,- censura que avanza -sin pausa- cerrando sus mallas.  

Es claro que el polo dominante, a nivel mundial,  nos conduce por una carrera -en curso- hacia la Tercera Guerra Mundial; mientras que en el otro polo, antinómico al de la guerra y posible conflagración nuclear,  se encuentra el  polo  de  la defensa de la humanidad y de la vida, en el que nos situamos; deberíamos fijarnos, como parte de las tareas políticas indispensables, el estudio y escrutinio más lúcido e inteligente de que podamos ser capaces, y en la medida de lo posible, la realización de acciones creativas (incluyendo réplicas, divulgación, acompañamiento solidario, etc.), buscando para ello, crear dispositivos o formas de colaborar, de generar prácticas socio-políticas que nos permitan -conjuntamente- realizar las tareas requeridas de modo sistemático -y permanente-, en la medida en que la constelación de poderes que domina esta fase, no es algo que vaya a cambiar de modo “automático”, más bien se trata de una configuración social-histórica de “actores principales”  decididos a conservar y aumentar su poder, sin importar cuan obsceno sea, determinando -por el poder acumulado- los próximos años por-venir del convulsivo siglo XXI. 

Como ejemplos de iniciativas relevantes, señalaré una a la que se está convocando para este 19 de febrero en el Lincoln Memorial en Washington D.C., bajo el lema de “RABIA CONTRA LA MÁQUINA DE  GUERRA” (Rage Against The War Machine); la misma  ha generado un debate sobre si se participa o no en ella, en especial entre actores del ámbito de la izquierda (liberal) progresista, compuesto por un amplio abanico que incluye organizaciones a favor de la paz, figuras anti-guerra de larga data,  periodistas destacados y activistas, entre otras. El debate fue provocado por las diferencias, desde posiciones de izquierda, ante quienes han sido organizadores de esta protesta, en especial el Partido Libertario, liderado por el Mises Caucus, (quienes convocaron junto con el Partido Populista), así como su respectivo abanico de actores.  

Brevemente, los objetivos de esta protesta son: 1) Ni un centavo más para la guerra en Ucrania, 2) Negociar la paz, 3) Detener la inflación alimentada por la guerra, 4) Disolver la OTAN, 5) Desescalada nuclear global, 6) Recortar el presupuesto del Pentágono, 7) Abolir la CIA y el Estado Profundo Militar-Industrial, 8) Abolir la guerra y el imperio, 9) Restaurar las libertades civiles, 10) Liberen a Julián Assange. Como se puede colegirse de sus demandas, más allá del contenido de cada una de ellas, y de las enormes dificultades que supone hacerlas avanzar, en su conjunto nos presentan, como alternativa, un horizonte  sociopolítico radicalmente opuesto a la deriva impuesta por la escalada bélica centrada en imponer una hegemonía unipolar, en un mundo -ya en los hechos- multipolar; un proceso regresivo que solo podrá imponerse con una violencia atroz, y en el límite, capaz de destruirnos y de destruir nuestro hábitat.  

Si coincidimos en la relevancia de este tipo de iniciativas y demandas, revisemos -entonces- las razones esgrimidas para participar -o no participar- en el evento… “Rabia contra la máquina de guerra”: así, encontramos entre quienes se han manifestado a favor de participar en la misma, el argumento que considera indispensable integrar una confluencia entre izquierda y derecha, sin la cual sería prácticamente imposible  romper el cerco sistémico (establecido para “silenciar” a los críticos, dirigido también a cerrar progresivamente todos los espacios donde se generan críticas en contra de la guerra), como sabemos, se trata de estrategias implementadas con la mira puesta en reafirmar la hegemonía,  manu militari mediante la guerra total, con la consecuente -y demencial- carrera armamentista. Basta considerar el gasto militar aprobado por el congreso de E.E.U.U para 2023: $ 858 mil millones de dólares, destinados a los militares (‘gastos de defensa’), $45 mil millones adicionales en ‘asistencia de emergencia a Ucrania y los aliados de la OTAN’, para no mencionar el total del gasto mundial. 

Entre otras razones a favor de dicha confluencia, está un argumento histórico que aboga por una participación amplia, plural, (“contradictoria”), aportado por Chuck Zlatkin, quien haciendo referencia a la “Marcha y Manifestación por el Desarme Nuclear del 12 de junio de 1982 en el Central Park de la ciudad de Nueva York”, menciona cómo en un ramal de la manifestación, que compartía la posición en contra de la guerra nuclear, entraron confrontándose entre ellos… quienes estaban a favor y quienes estaban en contra del aborto; no obstante, pudo ser superada y resuelta. Más allá de esas diferencias salvadas, la protesta atrajo a más un millón de personas, Zlatkin cita al New York Times, donde, hace cuarenta años, se daba cuenta de la protesta en estos términos….

 

“El vasto desfile y mitin, organizado por una coalición de grupos pacifistas, reunió a pacifistas y anarquistas, niños y monjes budistas, obispos católicos romanos y líderes del Partido Comunista, estudiantes universitarios y miembros del sindicato. Había delegaciones de Vermont y Montana, Bangladesh y Zambia, y de muchos otros lugares. La línea de manifestantes sonrientes y aplaudiendo tenía más de tres millas de largo, y los participantes llevaban pancartas en docenas de idiomas».

Por otro lado, entre quienes se oponen a participar en esta protesta, se esgrime el argumento de que se trataría de una “confluencia perversa” entre tendencias políticas opuestas, cuyos efectos como un  boomerang terminarían legitimando a los organizadores (arriba señalados, especialmente a los de extrema derecha), contra cuyas posiciones se lucha en otros espacios: contra el racismo, a favor de los derechos sociales, en las causas enarboladas por el feminismo, entre otros frentes; en este sentido, Jaqueline Luqman apunta a favor de la no participación, el argumento de que no se sirve a la emancipación -contra las opresiones-… “alineándose con personas que continuarían esas opresiones si alguna vez ganaran suficiente poder para poder hacerlo”.

Para cerrar, más allá del seguimiento puntual y detenido que se requiere continuar dándole (junto a todas las demás iniciativas similares), “Rabia contra la máquina de guerra” es, -ya, ahora- una iniciativa anti-bélica relevante porque nos muestra una parte de las enormes dificultades que debemos enfrentar -y resolver- sin en verdad nos interesa unificar fuerzas suficientes para situarnos a la altura del desafío que implica la embestida bélica en curso -con su probable y aterradora desembocadura de carácter nuclear-. 

Considero que es obligado abrir el debate -cuantas veces sea preciso- ante la urgencia de encontrar respuesta a una pregunta absolutamente crucial: ¿Cómo podemos -juntos- detener la carrera hacia la 3° Guerra Mundial?

 

Consultar: Rage Against the War 

Machine (rageagainstwar.com) 

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -