Desde el edificio sede del Poder Judicial de la Federación (PJF) en Zacatecas, trabajadores paristas repudiaron la mañana de este miércoles el proceso por el que el Senado de la República definió las 818 plazas de jueces y magistrados que serán sometidas a votación popular en 2025, por lo que anunciaron la continuación del paro de labores por tiempo indefinido.
Los trabajadores reiteraron su rechazo a la elección por voto popular de personas juzgadoras, asegurando que atenta contra la democracia, y que la Reforma Constitucional del Poder Judicial pondrá fin a los jueces independientes y con experiencia.
Rodolfo García Camacho, juez primero de distrito, consideró que México no podrá garantizar la seguridad jurídica a inversionistas, al eliminar la especialización y el sistema meritocrático que se ha construido a través de la carrera judicial.
José Guadalupe Méndez Lira, secretario general de la sección VI del Sindicato de Trabajadores del PJF, externó que las esperanzas están puestas ahora en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y en instancias internacionales, para darle revés a la reforma judicial que actualmente ya está en proceso de implementación.
El líder sindical acusó que no será la ciudadanía la que elegiría a jueces y magistrados, sino “el partido del oficialismo quien los imponga”. Informó que el paro seguirá bajo la misma modalidad de antes, con la atención a casos urgentes.
En declaraciones posteriores, García Camacho señaló a miembros del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), como el magistrado Molina, de ser afines a Morena y violar las suspensiones otorgadas en los juicios de amparo presentados contra la reforma judicial.
El jurista también reprobó que los nuevos requisitos para ser juez permitan que “cualquier persona con un título en Derecho, y con carta de recomendación de cinco vecinos”, pueda acceder a una posición dentro del Poder Judicial.
Refirió sentimientos de coraje y tristeza al enterarse de que su plaza será una de las que se someterán a elección popular el próximo año, calificando el sorteo del sábado pasado como una afrenta al futuro de jueces y magistrados, a sus familias, y a la naturaleza de la función judicial.