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martes, 22 abril, 2025
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Fentanilo, ¿manzana de la discordia o pretexto?

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Por: MANUEL ESPARTACO GÓMEZ GARCÍA •

100 mil estadounidenses mueren en promedio, al año, a causa del consumo del fentanilo, pero, además, hay víctimas colaterales porque la capacidad adictiva de esta droga de laboratorios es 50 veces más poderosa que la heroína, y 100 veces más que la morfina. Por conseguirla, el adicto hace lo que sea…, y lo que sea, es lo que sea, incluso matar. 

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El fentanilo es una droga sintética que se utiliza (o ese era el fin de su creación), principalmente, como medicamento para reducir el dolor en situaciones donde ningún otro fármaco puede ayudar a bien morir al paciente porque normalmente estamos hablando de que su aplicación sucede en pacientes en etapa terminal. Hay dos tipos de fentanilo: el fentanilo farmacéutico, y el fentanilo fabricado ilícitamente. Ambos se consideran opioides sintéticos. 

El fentanilo farmacéutico es recetado por los médicos para tratar el dolor intenso, especialmente después de una operación y en las etapas avanzadas del cáncer.

Ayer, los legisladores republicanos dejaron ver la intensión de catalogar al fentanilo como arma química, y al entrar en este catálogo, se va confabulando la tentación maligna de incorporar a México como un país potencialmente terrorista. Pero, ¿hasta dónde es cierto, vamos, hasta dónde la soberanía de E.U.A. se ve afectada y por qué México, según los reaccionarios, es culpable?

Son tiempos electorales, el proceso aquí lo adelantó AMLO y allá lo adelantó Trump. Como sea, ya estamos en un proceso donde mucho se dice, y en la mayoría de los dichos, la realidad no coincide con las arengas en busca de electores. 

Es cierto, México, pero sobre todo China, son cuando menos, países de trasiego de drogas, concretamente, de fentanilo, pero en el caso de China, también es productor, cosa que México desmiente. 

En cualquier caso, la droga está llegando sin control al país norteño, tal y como en sentido contrario, las armas llegan a México para alimentar una guerra que disputan los cárteles, justamente por el control de la distribución de ésta y otras sustancias…, qué ironía, ¿no?

“El Cártel de Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa distribuyen la mayor parte de fentanilo ilegal, y se disputan las rutas de contrabando y el control de la droga en México y Estados Unidos. Mientras el primero domina los puertos Lázaro Cárdenas, Manzanillo, Coatzacoalcos y Veracruz, y las aduanas de Tuxpan, Veracruz y Cancún, el segundo controla el puerto de Ensenada, Baja California, y las aduanas de Mazatlán, Sinaloa, y La Paz, Baja California Sur”, afirma el académico.

El cuento de nunca acabar es el que, en binomio, arman los gobiernos de México y de EUA, cuando se culpan y no se responsabilizan ni arman una mesa seria de trabajo y colaboración para mitigar este fenómeno mortal que está acabado con cientos de miles de vidas al norte de la frontera y al sur de esta porque hay qué decirlo, los muertos son puestos por ambos países, y no está por demás recordar un clásico: si hay oferta, habrá demanda. Mientras no exista una política pública integral que ayude a prevenir el primer contacto de los jóvenes norteamericanos con la sustancia, lo demás es más complicado. 

Lo mismo pasa aquí, mientras no exista la capacidad del Estado para sentar las bases para que la comunidad genere auto regeneración social, los jóvenes de ambos países serán víctimas y victimarios simultáneamente. Triste el panorama, sumamente desesperanzador para las nuevas generaciones. 

A propósito de la tentación invasiva de los E.U.A., he escuchado puntos de vista muy interesantes de ciudadanos muy lastimados por la violencia que impera en el país, en nuestro país. Son interesantes porque alcanzo a percibir cierta desesperación que no va precisamente de la mano con el “deber ser”, y en esta visión, les importa un comino la soberanía; el dolor es tan profundo que justifican la hipotética intervención norteamericana con tal de volver a vivir en paz, con tal de ver volver a sus hijos a sus hogares sanos y salvos, con tal de recorrer las carreteras de este hermoso país sin el miedo a jamás ser encontrados. 

Los entiendo y encuentro cierta lógica bajo el estricto sentido de la supervivencia humana, aunque reconozco que hay una trampa escondida y política en las pretensiones del país vecino, como siempre la hay cuando decide jugar a ser el policía del mundo. Entonces reflexiono y lo único que viene a mi mente, es que solo entre mexicanos podemos resolver nuestros problemas, pero el líder debe empezar, el ejecutivo debe sentar las bases, sea quien sea, esté quien esté, porque éste no es un tema de partidos. 

En 3 años cumpliremos 20 de esta calamidad que come almas y devora comunidades enteras, al mismo tiempo que deshace sueños e ilusiones. 

Seguimos viviendo en el terror.

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