11.9 C
Zacatecas
viernes, 29 marzo, 2024
spot_img

La tres de tres va

Más Leídas

- Publicidad -

Por: Carlos E. Torres Muñoz •

El pasado domingo 13 de marzo se llevó a cabo La Jornada Nacional Anticorrupción un ejercicio cívico, en el que se convocó a todos los que estuviéramos a favor de la iniciativa ciudadana de Ley General de Responsabilidades Administrativas, a recabar firmas, promocionar o simplemente firmar, para lograr el número de firmas requeridas.

- Publicidad -

Al final del día el Instituto Mexicano para la Competitividad anunciaba el éxito de tal esfuerzo colectivo, al recabarse el número necesario de firmas para su debida presentación ante el Senado de la República, por lo que nuestros legisladores deberán discutir nuestra propuesta, y tendrán que optar entre aprobarla, desecharla o modificarla con el fin de configurar un nuevo proyecto, que a partir de nuestras demandas, generen la regulación al respecto.

La convicción colectiva de que la corrupción es un grave problema que juntos debemos combatir, está transformándose en acciones afirmativas nunca antes vistas, que van más allá de la queja, la demanda de mejores instituciones y que parte de el ingrediente básico de la democracia que es la participación de los ciudadanos para resolver los problemas que los atañen e interesan.

Cómo lo escribíamos hace una semana aquí mismo, la iniciativa ciudadana nos ha permitido poner en práctica un ejercicio de plena gobernanza que nos permitirá, tener un precedente de lo que podemos hacer, frente,  o en colaboración con el poder.

La propuesta de ley incluye, entre otras cosas, no sólo la obligatoriedad de presentar las declaraciones, patrimonial, de intereses e impuestos a los funcionarios públicos de primer nivel, e incluso, puede no ser el supuesto más importante de todo el proyecto de ley.

El proyecto de Ley identifica como conducta de corrupción, las siguientes: 1) El soborno; 2) El peculado y el desvío; 3) El tráfico de influencias; 4) El abuso de funciones; 5) El enriquecimiento oculto; 6) La obstrucción de la justicia administrativa; 7) La colusión; 8) La utilización de información o documentación falsa o confidencial; 9) El nepotismo y 10) La conspiración para realizar un acto de corrupción.

La iniciativa reconoce, desde mi punto de vista, además dos circunstancias de suma importancia en torno al fenómeno de la corrupción: que no solo son los servidores públicos los que participan de ella, sino que también existe una incidencia, cada día más evidente, de esta práctica por parte de algunas empresas y aspirantes a cargos de elección popular, por lo que también los considera sujetos de responsabilidad.

En el apartado 6, “Sujetos de responsabilidad”, de la exposición de motivos, el documento describe, la causa por la que considera a los candidatos, partidos políticos, asociaciones y personas electas, así como, en su caso, sus equipos de transición, como elementos susceptibles de ser sujetos de responsabilidad en esta ley: “para combatir eficazmente a la corrupción tiene que considerarse aquellos momentos, procesos y los sujetos que intervienen en su generación. (…) al generarse expectativas para ejercer el poder y dispones de recursos públicos o de facultades para obtener beneficios o de evitar daños, se estableces acuerdos o prácticas para diferir pagos.”

De la misma forma, en el apartado 7, “La responsabilidad de las personas morales y las políticas de integridad”, del  mismo segmento (la exposición de motivos), aclara cual es la pretensión de incluir a las personas morales en dicha ley: “(…) crear una nueva cultura empresarial en la que la integridad es un activo reconocible y valorable. (…) para que el estado escoja entre diferentes opciones, cuando ejerce el gasto público a través del sector privado (…) sirve como elemento para valorar responsabilidades, cuando una empresa está involucrada en un acto de corrupción. “

Es claro que ninguna ley ni instrumento acabará de tajo con la corrupción, ni hay forma conocida de exterminar este fenómeno, sin embargo, sí existe la posibilidad de contenerla y de generar, a través de medidas que pueden ser consideradas en este momento drásticas, una nueva cultura del servicio público, de la relación comercial con el Estado y de la corresponsabilidad de todo ciudadano para con un mal que, según estudios, podría costarnos el nueve por ciento del PIB.

Hoy, hemos generado una opción desde la trinchera de la que antes, reclamaban algunos, solo surgían reclamos, quejas, crítica y desconfianza. Nos hemos involucrado con propuesta y activismo cívico. Corresponde ahora a quiénes hemos electo para que nos representen, que escuchen y respondan con seriedad, responsabilidad y visión de Estado. ■

 

*Miembro de Impacto Legislativo

@CarlosETorres_

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -