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viernes, 19 abril, 2024
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El problema del tope de la deuda en EUA no es económico, sino político

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Por: ARTURO HUERTA GONZÁLEZ •

La deuda pública en Estados Unidos (EUA), en el 2002, estaba en 6.2 billones de dólares y, en el 2022, en 30.9 billones, lo que refleja un crecimiento en esos 20 años del 8.3% promedio anual y ahora los republicanos, que son mayoría en la Cámara de Representantes, quieren poner un tope a la deuda en 31.4 billones; se ha generado un gran debate entre ellos y el gobierno, ya que, de poner un tope, se frenaría la capacidad de gasto y la actividad económica y acontecerían problemas en los mercados financieros internacionales. 

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La posición de los republicanos de poner tope a la deuda ha estado presente en diversos momentos en la historia reciente y más cuando se acerca el periodo de elecciones, debido a que quieren limitar la capacidad de gasto del gobierno demócrata para que no puedan cumplir con sus objetivos de crecimiento, empleo y bienestar, para que pierdan las elecciones. Los líderes republicanos están señalando que pueden aprobar la ampliación del límite de la deuda, siempre y cuando el gobierno se comprometa a realizar recortes presupuestales, y disminuya impuestos a los sectores de altos ingresos, a los cuales defienden los republicanos. Al frenar el gasto público conseguirán su propósito de hacer lo mismo con la economía y aumentar el desempleo para desacreditar al gobierno, con lo que los demócratas muy probablemente perderían las elecciones.

Para un gobierno soberano como Estados Unidos, que controla su moneda y trabaja con tipo de cambio flexible, no tiene restricciones financieras. Puede gastar lo que quiera (el límite del gasto es la inflación) y emitir la deuda que quiera, pues el dólar es aceptado a nivel mundial. El dólar es usado como moneda de curso legal internacional y de reserva internacional, y hasta ahora no hay moneda que lo sustituya. Los Estados Unidos pueden seguir trabajando con el déficit fiscal, con el déficit de comercio exterior y los niveles de endeudamiento crecientes, como hasta ahora; mientras el dólar siga siendo aceptado a nivel internacional, no hay problema. Una vez que el dólar deje de ser demandado, ello limitará la capacidad de gasto de dicho gobierno, y tendrá que ajustar sus finanzas públicas y del sector externo, pero aún dista mucho de que ello acontezca, por lo que puede seguir gastando y no se tiene que poner límite al endeudamiento del gobierno. Es una posición política de los republicanos y no una justificación económica. Y menos se debe poner un tope a la deuda en un contexto de alta tasa de interés y de desaceleración de la actividad económica y de problemas presentes en diversos bancos en dicho país, pues la contracción del gasto público disminuiría la demanda y generaría una crisis y se extendería a nivel mundial, dado que Estados Unidos es la economía más grande del mundo. 

La restricción del gasto púbico, a que se vería obligado el gobierno a realizar, ante el tope de la deuda, disminuiría el ingreso de empresas e individuos y, ante el alto costo de la deuda que enfrentan, aumentarían los problemas de insolvencia y la inestabilidad del sistema bancario, con las consecuentes corridas bancarias y las autoridades monetarias, financieras y hacendarias no tendrían capacidad para encarar tal situación.

La deuda del gobierno de Estados Unidos está en dólares y ellos lo emiten, por lo que no hay problema de que pueda caer en insolvencia. Dicha deuda se va refinanciando como siempre lo han venido haciendo, sin que represente un freno a su capacidad de gasto y sin afectar la dinámica económica. Parte significativa de dicha deuda está en poder de la Reserva Federal y otras instituciones gubernamentales, por lo que lo que sale de un bolsillo del gobierno para pagar la deuda, entra a otro bolsillo del gobierno y no pasa nada. Respecto a la deuda pública de Estados Unidos que tiene China, Japón y otros países, no representa problema, pues es resultado de transacciones comerciales debido a que tales países tienen superávit comercial con EUA y la deuda es resultado de ello y ha sido funcional a la dinámica económica de dicho país. Además, por muchos años, la tasa de interés de esta deuda ha estado por debajo del crecimiento económico, por lo que la deuda se paga por sí sola.

La política fiscal en México del actual gobierno se asemeja a la política de los republicanos de poner tope a la deuda pública, y de ahí los recortes presupuestales que han estado presentes para equilibrar las finanzas públicas y no incrementar la deuda, a costa de que la economía no haya crecido del 2018 al 2022. Ello ha afectado los niveles de ingreso de empresas e individuos y ha reducido los ingresos tributarios del gobierno, lo que ha afectado las finanzas públicas y del sector privado, y ante las altas tasas de interés actuales, más se contrae la inversión y el gasto público y privado para poder cubrir el mayor costo de la deuda, lo que perpetúa el no crecimiento de la economía mexicana.

La deuda no se paga y no se reduce dejando de gastar, pues ello frena la actividad económica y el ingreso nacional y la capacidad de pago. Hay que gastar más para reactivar la economía emitiendo deuda, y ésta se paga por sí sola y se refinancia en condiciones de crecimiento económico. La deuda no es mala, todo depende a dónde se destinan tales recursos y deben ser orientados a impulsar la capacidad productiva, el desarrollo tecnológico y el empleo, para así impulsar el ingreso nacional y la capacidad de pago de la deuda.

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