Es innegable que durante las últimas décadas los docentes han sufrido una pérdida del poder adquisitivo de su salario, y uno de los desacuerdos más grandes entre la administración actual y el SPAUAZ son el incremento salarial, el reconocimiento de un sobrepago de 25% del salario para todos los docentes con más de 25 años y la deuda con el ISSSTE, pero este discurso es tramposo.
Los recursos para satisfacer esas demandas pueden venir de dos fuentes, el gobierno (federal y estatal) y los ingresos propios (cuotas escolares principalmente), la segunda fuente es insuficiente a menos que se cobre a los estudiantes una gran cantidad por semestre, cosa que no sucederá por el carácter social de la UAZ.
La primera fuente ha negado incrementar el subsidio de forma importante a las universidades públicas sistemáticamente desde hace años (nunca por encima de la inflación), no depende de la administración central, acceder a esas demandas sin apoyo presupuestal es quebrar financieramente en poco tiempo. ¿Son justas esas demandas? Claro que lo son, a quien no le gustaría ganar más dinero y recuperar parte de lo perdido. ¿Son realistas? NO, tan es así que los ex rectores ahora cercanos a la dirigencia sindical no lo hicieron en sus administraciones, sabiendo que acceder conduciría a incrementar los problemas de la UAZ.
Ir a una huelga por esos puntos es tirarse al vacío, la UAZ no tiene recursos y el gobierno no incrementará el subsidio para satisfacer esas demandas, serán días que impactarán tanto a los universitarios como a la sociedad que depende de la vida activa de la UAZ.
La meta es justa, el camino no es el indicado.
¡NO A LA HUELGA!