Las organizaciones de la derecha mexicana tienen su apoteosis en la decadencia, risibles a mas no poder, quieren asustar con el petate del muerto y los públicos mexicanos se entretienen con la gran cartelera de fantasías y aceleres enfermizos que rayan en la esquizofrenia.
Son una gran faramalla y esgrimen datos inconcebibles: que todos los 36 millones que votamos por la alianza de juntos hicimos historia estamos aliados directamente con el crimen organizado, que todos los 24 gobernadores de izquierda del país son producto de la narcopolítica, que los cientos de alcaldes y regidores y diputados y senadores, tienen pacto con el mismísimo diablo de la delincuencia y aunque ni ellos mismos se creen sus baratijas, la línea nacional es repetir esas infamias para que algo quede en la conciencia de los votantes que dentro de casi 3 años votaremos en las intermedias.
Desfilan muy orondos y muy patéticos: Damián Zepeda, Álvarez Icaza, Amado Avendaño, Gil Zuarth, Ricardo Salinas Pliego, Kenia López, y toda una pléyade de Gargantúas muy dispuestos a vociferar cuantas mentiras se puedan esgrimir y olvidan que México es efectivamente, uno de los países mas politizados del mundo y que se no se traga tan fácilmente las fantasías y libelos de la derecha agrupada al Pan, Pri, Mc y sus organizaciones adláteres, que cínicamente orquestan todo tipo de campañas para tratar de desprestigiar al gobierno nacional de la señora Claudia.
Casi siempre escuchamos la misma retahíla: que los gobiernos de la cuarta adrede quieren ser malos con la población y por ello no reparte medicinas, se roba los recursos del Infonavit, las afores y que los hijos de AMLO se volvieron millonarios y que Segalmex es mil veces mayor que el Fobaproa.
Hay que insistir en que el caso del desfalco de Segalmex, quien denunció dicho desvío fue el mismo entonces presidente Obrador y se metieron a la cárcel a infinidad de funcionarios (47) y se recuperó mayor parte de los 2,700 millones de pesos desviados, aunque la oposición infle la cifra mañosamente hasta en 15 mil millones.
Siempre el mismo nado sincronizado: que el tren maya destruyó 7 millones de árboles y no moviliza a ningún pasajero, que el AIFA no tiene vuelos, que Dos Bocas, la refinería no refina nada y cuando uno coteja las verdaderas cifras, la derecha y sus comentocratas quedan como viles payasos de la mentira y la super burla y memes en las amplísimas redes sociales que tienen conectadas de mínimo a 50 millones de adictos a celulares, y tablets y pantallas en donde se le da rienda suelta a la realidad y los logros insuperables de la llamada cuarta transformación.
Quizás uno de los casos mas paradigmáticos de tanta mofa involuntaria lo es Atypical de Carlos Alazraki y en donde desfilan la gran cantidad de perdedores en las dos ultimas elecciones y que le apostaron a sincerarse: no votar por Morena porque son tan malos, pero tan ojetes, que quieren que el pueblo mismo arda en las llamas de los infiernos, que peligra la propiedad privada y las religiones, que se perderán casas y cuentas bancarias y mientras los públicos aprecian a puros trajeados y perfumadas y sendas viandas de platillos exóticos y bebidas a granel, los panelistas se la creen y perjuran que ora si es la debacle del “oficialismo” y sus supuestas corrupciones que los han hecho mas ricos que “ali babá”.
Pero nada es gratuito, todo tiene un hilo negro, una financiación, un plan macabro.
Durante muchos años la derecha mexicana disminuyó la capacidad de los millones de mexicanos en ser felices.
Ora no sabe como alinearse o perderse para siempre.
Como el topo, escarba en la oscuridad, y sabe que, entre esos túneles, esconderá tesoros y víveres, se agazapará en sus escondrijos inmundos.
El pueblo le sabe a la historia.