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sábado, 19 abril, 2025
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Esterno notte, de Marco Bellocchio

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra 531 / Desayuno en Tiffany´s, mon ku / Cine

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En el 2003 Marco Bellocchio realizó Buongiorno notte (Buenos días noche) con la que ganó el Festival de Venecia; ahora 19 años más tarde presenta en Cannes, en la sección Premier de Cannes, Esterno notte (Noche extraña), sobre el mismo tema pero en una versión amplia, cercana a un recito histórico y con una duración de casi seis horas. Una película de esta duración es difícil poderla encontrar en cualquier tipo de cine, por el tiempo en cartelera que consume y sobre todo, por el tipo de espectador interesado, por eso nos atrevimos a esta experiencia en Cannes. 

Bellocchio narra el secuestro y asesinato de Aldo Moro, en abril de 1978, exjefe del gobierno y presidente del partido Democrático Cristiano por las Brigadas Rojas italianas. 

En la época, él encabezaba un movimiento que invitaba al Partido Comunista a acercarse al gobierno cristiano en el poder. El objetivo era controlar la violenta situación de las extremas más radicales, de los comunistas por un lado y católicos por el otro. Moro era figura, no solo central en ese acercamiento, sino amigo del ministro del interior italiano, del presidente de la República y del Papa Pablo VI. 

Todo esto llevó a su secuestro y luego asesinato sin haber habido nunca negociación entre el gobierno y sus secuestradores para el rescate o intercambio con otros presos políticos. Asunto que se ha prestado a múltiples especulaciones de traición. 

Bellocchio se puso a trabajar con otros guionistas en una investigación que permitiera contar diversos frentes y, a pesar de usar el cine para contar la historia trató de respetarla, cierto con las lagunas que se sabe existen pero llenándolas con restos verídicos de información. Y para este fin se permitió utilizar el formato de serie o capítulo, con inicio y fin; en total 6 capítulos para un filme de cinco horas y 40 minutos. 

Así se ve el asunto desde las versiones y documentos de Moro, su esposa, el Papa, el gobierno, los secuestradores, y el final -la muerte o el perdón-. Esta estrategia permitió que el espectador no tenga tiempo ni de salir al baño, porque el formato serial obliga a mantener constantes hilos de tensión en la estructura narrativa y pocos llanos de calma.

Llama la atención que la historia gira en torno a una institución cristiana leal con la amistad y aparentemente sin corruptelas. Ni siquiera ambiciosa con el poder que tiene en la república por más de 30 años sin ruptura. La figura del Vaticano mantiene su jerarquía de líder espiritual y legitimador del partido desde la ideología aunque metido en el dilema de cómo intervenir no solo en los asuntos de lo civil sino en los íntimos de la amistad, es decir humaniza el personaje papal. Eso sí, sin concesiones en sus dogmas frente al comunismo extremo.

Es posible observar que hay influencia del formato de series, cortinillas y musicalización de la plataforma Netflix. Así, nos atragantamos una serie en una sala de cine.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_531

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