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sábado, 25 enero, 2025
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Las monedas de ceniza que los muertos se ponían en los ojos para pagar la travesía a Caronte, o la Relación de estos días 

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Por: Armando Salgado •

La Gualdra 648 / Libros

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[Como un contemporáneo canje migratorio para cruzar el extenso mapa del dolor humano, varias instantáneas de Rafael Calderón] (1)

 

 

  1. La antesala a la sombra nuestra, el presagio que nos hunde

El escritor y crítico literario Rafael Calderón publicó “La región de las sombras” en 2008, como parte de los Premios Michoacán de Literatura, obteniendo el galardón de poesía que llevaba el nombre del poeta uruapense Carlos Eduardo Turón. Esta edición es parte de la colección de Jitanjáfora, dedicada a la poesía contemporánea de esta entidad. Menciono este libro porque en él se revela la poética de Rafael Calderón: la búsqueda del presagio inminente para arribar a uno mismo, como advertir “la llegada del día con la puesta del sol”, como necesitar: “Incandescentes misterios (hallazgos que son frutos) […] (llamaradas que son buen día)». Dice Ramón López Velarde: “Mi espíritu es un puñado de ánimas”. Por lo que el presagio en la poética de Rafael Calderón podría ser el crepúsculo hecho personas que se desvanecen con los años; lo externa en su poema La cruz: “Desconozco el rostro que viene conmigo. / No sabía que mi sombra / anuncia la llegada, adelantándose a los rayos del sol / formando la unión entre el cielo, / la tierra, y aquella imagen que muere; / recuerdo nombres al mirar mis ojos”. En esa mirada hacia uno mismo donde se desprenden los paraísos perdidos: la infancia escurridiza como manantial inagotable y los rostros que se encienden con la memoria. Ramón López Velarde se manifiesta por segunda vez: “Mi espíritu es un puñado de ánimas”. Esta búsqueda de presagios que emprende el poeta es el descenso sinuoso a los materiales vivos, esas llamaradas que atan fabulación y pasado, con el presente que se desvanece cuando surgen nuevas preguntas. Rafael Calderón nos recuerda con “La región de las sombras” lo que el poeta y ensayista británico W. H. Auden trazó con delirio, también inagotable: […] “siempre existe la posibilidad de volver a / hundirse”. Aunque Calderón deja abierto el retorno como una herida expuesta en su poema Manantial de fábulas: “Oír una salida (recordando esa puerta que contempla / hablar del hacer inmóvil en cada espacio, / un pasado tierno, terrible y sin nombre”. Esa apertura, aun desde el dolor, es presagio de lo intangible que nos habita con fanatismo: la necesidad de saber que podremos regresar del interior, aunque toquemos fondo, una y otra vez, y volver con el corazón convertido en otro, o en otros. Ramón López Velarde lo dice por tercera vez: “Mi espíritu es un puñado de ánimas”. Rafael Calderón a través de “La región de las sombras” desciende una y otra vez a su memoria aérea; lo sentencia en su poema Carta-poema: “El día termina y es un gesto escribir aquello que recuerdo, / las palabras tienen sangre entre el signo de diversas imágenes. / Mientras la noche acecha en los recuerdos”.

 

  1. “Relación de estos días”, la continuación del hundimiento 

Rafael Calderón publica Relación de estos días en 2024, gracias al prestigioso sello Buenos Aires Poetry, de la albiceleste Argentina. Pasaron 16 años para confirmar su vocación por el hundimiento, ese horizonte ineludible y necesario para divisar una puerta que nos permita salir de nosotros mismos. El arte poética de Calderón, la búsqueda del presagio para arribar a uno mismo, continúa con la misma vorágine y construye otros descensos: la presencia de la ciudad como ese puñado de ánimas lopezvelardeano; el mar como un arsenal de imágenes para alimentar el sueño; el amor y sus múltiples disfraces de sombra; el deseo y su eterno purgatorio; las pérdidas y sus despojos; la despedida como una erosión que no sana; la desnudez y el derrumbe de la vista; todo lo anterior desde la unicidad que logra el autor con el refinamiento de lecturas de poesía, revisión exhaustiva de fuentes canónicas y la crítica literaria como recursos para modelar una poética perspicaz, cubierta de matices filosóficos y el refrendo de las influencias clásicas tanto de la tradición mexicana y por supuesto, michoacana. De eso va la poesía, de formular un mapeo personal que configure una poética dinámica o unívoca, ambas como parte de los flujos creativos que cada autor o autora define, al esclarecer sus motivos de escritura. En el caso de Rafael Calderón hay una ruta lírica que extiende sus matices en la búsqueda más allá del presagio, donde cada poema es una puerta hacia el descenso, o una provocación que desenmascara otras preguntas para avanzar entre páginas blancas y entre las cuartillas de la vida.

En estas páginas también encontramos referencias al Homero odiseico, pero también se vislumbra al nuestro, como lo data Rafael Calderón, al dedicarle un poema al poeta michoacano Homero Aridjis por sus 80 años; recalcula la dirección del tiempo al decir: “Homero: ¿El otro? ¿El nuestro? / La voz visible nombra y dice: / `el viaje de la palabra escrita´ / `en las fuentes del instante´/ [para] tantas cosas / [que] pueden suceder sin prisa. El tiempo y sus engranajes tejidos a la piel finita de las personas es otro hilo conductor de este libro de poesía, como si fuéramos otro pasaje de la “Eneida”, donde Virgilio “indignado” de “espíritu, huye, / lanzando un gemido, a la región de las sombras”. Somos esa región que alumbra nuestras caras, para descubrirnos frágiles de piel, de edad, de eternidad. Dice Rafael Calderón al respecto, en su poema La hoja de oro: “Estoy llamado a guardar silencio. / Lo que quiero es conservar la máscara secreta. / Escribir por un instante esa edad / con la luz de la luna. / Sabiendo que su rostro me parecía real, / asimismo, era una máscara”. ¿Qué máscara? ¿La de él? ¿La de nosotros? ¿Una máscara para el puñado de nuestras ánimas? Sentencia Rafael Calderón: “La soledad entre nosotros es el rostro”. Sea este libro de infinitos semblantes, -de esta inconmensurable soledad- el paso al otro lado del río Aqueronte, para tocar tierra firme, al menos en nuestro propio corazón que rara vez no se hunde.


(1)  Relación de estos días, Rafael Calderón; Buenos Aires Poetry, Argentina, 2024.

 

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