La SHCP plantea un crecimiento para el 2024 de hasta 3.5%, que no alcanzará con la tasa de interés de 9.5% y el tipo de cambio de 17.6 pesos por dólar que señalan estarán a fines del 2024. La alta tasa de interés y la apreciación del peso acentúan los problemas financieros de las empresas, debido a que la primera incrementa el costo de la deuda, lo que implica mayor transferencia de recursos a la banca, a costa de reducir su gasto e inversión. El costo financiero del gobierno para el 2024 aumenta en términos reales en 11.8%. Por su parte, el peso fuerte reduce competitividad de las empresas nacionales frente a importaciones baratas, disminuyendo ello los ingresos de las empresas y su inversión. El propio gobierno ve reducidos sus ingresos petroleros en término de pesos por la baratura del dólar, lo que disminuye su capacidad de inversión, por lo que no se tiene condiciones de que la economía crezca al objetivo trazado.
La política económica para 2024 mantiene los mismos lineamientos que las políticas anteriores respecto a “la estabilidad y solidez en las finanzas públicas, que busca mantener la deuda pública estabilizada y la prudencia fiscal”.
El presupuesto para el 2024 presenta un incremento real de 4.3% respecto al aprobado para el 2023, lo cual es insignificante con relación a todos los desafíos que la economía enfrenta, dado su casi nulo crecimiento en estos cinco años (0.3% promedio anual), como los problemas de rezagos productivos, de insolvencia que enfrentan empresas e individuos, así como de subempleo, altos coeficientes importados que presionan sobre el sector externo. Ello no podrá fortalecer el consumo privado y la inversión pública y privada, y alcanzar el crecimiento económico esperado.
El costo financiero que representará 14% del gasto público total en 2024, se cubre a costa de restringir la inversión pública, como el presupuesto a salud, medio ambiente, desarrollo agrario, cultura, ciencia y tecnología, entre otros. Lo destinado a participaciones y aportaciones que van a Estados y Municipios, el presupuesto sólo tiene un aumento de 0.5%, lo que compromete la infraestructura, salud, educación y demás servicios que deben cumplir dichas instituciones.
Entre los pilares de la política económica que han existido en este sexenio, están los proyectos regionales del sursureste. El problema es que quienes se beneficiarán de estos proyectos son los hoteles internacionales establecidos en la zona Maya y alrededores, así como las empresas transnacionales que se establecerán en el Istmo de Tehuantepec, que generan poca radiación hacia la comunidad de dichas regiones, más allá de la mano de obra que pagan con bajos salarios.
El secretario de Hacienda en la presentación del Paquete Económico dijo que “México se ha convertido en una economía menos dependiente del exterior, con una capacidad para enfrentar de mejor manera los retos provenientes del entorno global”. Ello se contradice con el Paquete Económico 2024 que espera “que se mantenga el dinamismo de la demanda externa, principalmente de Estados Unidos, y la llegada de inversión extranjera directa por la relocalización de empresas”. Ello evidencia que la economía depende del comportamiento de las variables externas (exportaciones, entrada de inversión extranjera, remesas y lavado de dinero), al no tener manejo soberano de la política económica para impulsar el crecimiento, ni para encarar los shocks externos.
También el Paquete Económico se manifiesta por que el país siga siendo “atractivo para captar mayor inversión extranjera y menos deuda pública”. Sin embargo, la deuda sigue creciendo, pero sólo para pagar deuda, no para incrementar gasto e inversión. Mantienen restringido el gasto e inversión y de ahí que esperan que venga inversión extranjera para que haya crecimiento económico. Prefieren mayor extranjerización de la economía que recurrir a deuda a favor del desarrollo productivo, lo que permitiría generar ingresos para pagar la deuda. En cambio, la inversión extranjera llega para quedarse y su presencia en el país no se ha traducido en mayor crecimiento económico, pues traen su maquinaria e insumos y hasta técnicos, y no genera efectos multiplicadores internos a favor de la producción y del sector externo, además transfieren a su empresa matriz sus ganancias. Su creciente presencia, aumenta su poder económico y político, donde la política económica tiene que responder a sus intereses a costa de relegar los intereses nacionales.
Señala el documento de Hacienda que “se espera que, por tercer año consecutivo, la economía mexicana crezca por arriba de la estadunidense, pero sobre todo con estabilidad macroeconómica y finanzas públicas sanas”. El crecimiento reciente de México con relación al de EUA, se explica porque el de México parte de una fuerte caída de 8% que tuvo en el 2020, a diferencia que la economía de EUA sólo cayó en 2.8% en ese año. Además, la estabilidad macroeconómica de alta tasa de interés y estabilidad cambiaria y finanzas públicas sanas no generan crecimiento económico. De ahí el porqué es hasta el 2023 que se superaron los niveles de actividad económica del 2018.
