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sábado, 27 abril, 2024
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Adiós 2013… ¡Ojalá nunca vuelvas!

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Por: IVÁN ALEJANDRO ISTLAHUACA CARLOS •

El año 2013  que acaba de concluir pasará vergonzosamente a la historia de nuestro país, como el año en el que se gestó el mayor despojo a la nación del que se tenga memoria y registro en los últimos tiempos, es decir, la nefasta Reforma Energética, que legaliza la invasión de este  subsuelo por compañías privadas para extraer el petróleo y dejar limosnas como recompensa a cambio del jugoso botín.

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La historia de México tendrá que reservar una de sus páginas más negras para este tristemente célebre 2013 y para todos aquellos forajidos vende patrias que orquestaron y consumaron la entrega del petróleo a intereses particulares. Algún día, la historia tendrá que contar la denigrante proeza mercantil que promovieron los políticos, dando la espalda al pueblo que los eligió.

Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz y Victoriano Huerta tendrán que abrirle un espacio en el infierno de la historia a esos legisladores y empresarios que impulsaron la Reforma Energética, sin olvidar, claro, al flamante presidente de cara bonita y escasas ideas, que ha fungido como el medio más eficaz para que los intereses del banco mundial, de la OMC y de los empresarios imperialistas se cristalicen en el país.

Lo que atestiguan los mexicanos en este 2013 no merece otro calificativo que el de ¨traición a la patria¨, porque sólo así se puede llamar al hecho de legalizar la entrega del recurso más preciado, de la materia prima que aporta 40 por ciento de nuestro PIB, a empresas particulares sedientas de petróleo.

La naturaleza fue generosa con México, al brindarle innumerables yacimientos petroleros que figuran dentro de los más importantes del mundo, cosa que parece molestarle e irritarle a los señores del poder, que permanecen obstinados en deshacerse de dichos recursos, malbaratándolos en el mercado. Hasta el momento, con la desinformación y el engaño como sus principales argumentos, parece que se han salidos con la suya y renunciaron en nombre de todos los mexicanos, a las riquezas que la geografía nos brindó. No cabe duda que si la madre naturaleza hubiera previsto que en esta tierra bañada en petróleo, florecerían los traidores, entreguistas y corruptos, no hubiera premiado  este territorio con tan abundante recurso.

Los diputados y senadores fieles acólitos de Rockefeller, han pactado la entrega del petróleo a sus patrones los empresarios, y no tienen la menor vergüenza en afirmar ¨que es por el bien de la nación y de los mexicanos¨, lo cual no es más que un alegre discurso mediático, pues no hace falta ser un especialista en la materia, para darnos cuenta de que, por muy jugosos que sean los impuestos que las empresas petroleras paguen al estado mexicano, estos no compensará de ninguna manera el inevitable agotamiento de nuestros yacimientos petroleros que no son renovables.

Los aduladores del gobierno insisten en convencer de que la paraestatal Pemex no dispone de los recursos y la tecnología necesaria para extraer el hidrocarburo que se encuentra en zonas de difícil acceso; y acompañan su estéril discurso con la mañosa afirmación de que de nada nos sirve a los mexicanos tener tantos recursos energéticos, si estos permanecen a miles de metros bajo tierra. Ante tal aseveración, se podría asegurar que los combustibles fósiles, nos servirán todavía menos estando en la superficie, pero en manos de unas cuantas empresas extranjeras. No cabe duda, este es el modus operandi del neoliberalismo en su máxima expresión, ¨la socialización de las pérdidas y la privatización de las ganancias¨.

Pero no todo está perdido en este mar de entreguismo, aún falta que el pueblo de México otorgue el visto bueno y respalde el saqueo de la nación, lo cual será difícil que ocurra, pues aunque la propaganda oficialista ha hecho eco en algunas conciencias, la mayoría de los mexicanos tienen una opinión firme y digna con respecto a la Reforma Energética, lo cual implica el compromiso de luchar hasta derribar esa legislación arbitraria.

2013 dejó una estela de destrucción a su paso, pero el pueblo mexicano, que vio luchar a Juárez contra el invasor imperialista, que fue testigo de la incansable lucha de Zapata y  Flores Magón,  que acompaño al general Lázaro Cárdenas en la nacionalización del petróleo, sabrá fundar una nueva república donde no haya lugar para los vende patrias.

Por fortuna 2013 terminó, por desgracia, los dirigentes siguen en sus prostíbulos, cambiando recursos por dinero, vendiendo un cuerpo que no les pertenece.
Si el aire tuviera precio, también lo privatizarían. ■

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