■ Bajas temperaturas contribuyen al desarrollo de cosechas; sólo hay pérdidas parciales, precisan
■ Meta para este año, la siembra de 18 mil hectáreas de riego: funcionario
Ni los cultivos de avena, ajo y cebada, mayoritarios en el ciclo agrícola otoño-invierno, ni los frutales como la vid, el durazno y la manzana han sufrido afectaciones por las heladas. El encargado de la Secretaría del Campo (Secampo), Jesús Vallejo, precisó que, al contrario, las bajas temperaturas generan una mayor productividad en estas cosechas.
Señaló que sólo ha habido pérdidas parciales en 600 hectáreas ubicadas en las zonas bajas del río Juchipila. En esta ubicación, expuso, entre 150 y 160 productores trataron de adelantarse a los tiempos para obtener mejor producción en cultivos hortícolas como tomatillos, jitomates y chiles.
El funcionario comentó que este año la meta es la siembra de 18 mil hectáreas de cultivos de riego, específicos de esta temporada. Hasta ahora, puntualizó que ya se tiene un avance en este sentido del 80 por ciento.
La avena es el principal cultivo de otoño-invierno y se desarrolla incluso mejor con bajas temperaturas, sostuvo. “Nos afectaría en momento de floración o de maduración del grano lechoso, al que tiene que llegar la avena”, informó.
En cuanto a las 4 mil hectáreas de ajo y cebada, dijo Vallejo, ya se concluyó su siembra y no presentan daños debido a que pueden soportar temperaturas hasta de 5 grados bajo cero.
Relacionado con los cultivos frutales de vid, durazno y manzana, el funcionario explicó que “la acumulación de horas frías, que nos han derivado de estas bajas temperaturas, favorece que tengamos mejor fructificación y con la humedad residual que traemos, porque todavía en diciembre tuvimos humedad, esperamos que la fructificación de los frutales sea muy favorable”.
Las heladas podrían afectar a estos productos, precisó, si se dieran a partir del día 25 de este mes aproximadamente, ya que desde esa fecha inicia el proceso de floración y si se registran bajas temperaturas podría haber afectaciones en la producción. No obstante, confió en que se tenga “un buen desarrollo”.
En las 18 mil hectáreas de riego que se siembran en el ciclo otoño-invierno, agregó, trabajan unos 3 mil productores dado que cada uno de ellos suele tener entre 6 y 8 hectáreas.
