■ “Todo esto es un juego. Se fue, llegó, está y estará presente con lo que ha logrado”
Desde Guadalajara donde reside, el artista visual Ismael Guardado reflexionó en entrevista vía telefónica sobre la muerte del que llamó su colega y amigo, Rafael Coronel, “que se fue pero llegó. Y todo esto es un juego. Se fue, llegó, está y estará presente con lo que ha logrado”.
Agregó sobre el pintor y dibujante nacido en la capital de Zacatecas en 1932, y muerto a los 87 años este 7 de mayo en Cuernavaca, Morelos, que “uno tiene que llegar en cierto momento a este final, y él tuvo la dicha de haber llegado cuando tenía un lenguaje propio y pudo aportar sus colecciones a la ciudad de Zacatecas, para la cultura nuestra”.
Guardado Martínez reconoció que Coronel dejó un acervo importante para la historia de la pintura mexicana que dará continuidad a la existencia del artista pues, “es donde precisamente sigue viviendo la persona, sigue aportando”.
Sobre los objetos que coleccionaba, sus miles de máscaras de danzas tradicionales, arte prehispánico y títeres, que resguarda el museo que lleva su nombre, observó que eran sus obsesiones.
Dijo que se enteró de la muerte de Rafael Coronel Arroyo “de inmediato” y que la noticia le resultó dolorosa. Recordó que en la década de los años 80 convivió mucho con él en reuniones en su casa de Cuernavaca, a las que también asistía entre otros, Manuel Felguérez, “todo este grupo nos veíamos seguido”.
Lo retrató como una persona “realmente fina”, y a aquellas reuniones como oportunidades en que críticos de arte, galeristas y pintores “nos juntábamos a platicar y a tocar música; él siempre fue una fina persona, atento y alegre… y pues bueno, nos conocíamos de años, sobre todo siendo paisanos”.
Su relación como colegas y amigos transcurrió después de aquella década entre temporadas de cuatro a cinco años en que podían no coincidir, “porque salía, o yo salía”.
Rafael Coronel era poco asiduo a acudir a las exposiciones dijo, “pero así es uno, se encierra por mucho tiempo, pero aun las veces que nos veíamos era muy muy agradable, porque toda esa generación nos conocimos”.
A su memoria trae también la presencia de Pedro Coronel, hermano de Rafael, y otro destacado artista visual zacatecano al que también conoció a principios de los 80 en la Ciudad de México y con el que compartió la experiencia de realizar obra para la sede de la Legislatura del estado de Zacatecas.
“Él hizo el diseño del vitral que está en el Congreso, cuando se inauguró, ya el maestro no alcanzó a verlo y se abrieron las puertas, pues ya con el féretro del maestro Pedro, y fue también un momento muy emotivo”.
“Yo convivía mucho con ellos…entonces inmediatamente yo recibí la noticia antier…”.
Dijo que seguirá al pendiente de los homenajes que se le rindan al pintor, pero que desafortunadamente el deceso le tomó en medio de una salida urgente por un asunto de salud que debió atender, por lo que no pudo asistir al que se le rindió en el Palacio de Bellas Artes.
“Sé que van a estar sus cenizas mañana –este 9 de mayo- en Zacatecas, eso me informaron (…) Yo creo que ahí vamos en el camino, y vamos con el deseo de dejar para nuestro país, para los nuestros, lo mejor que uno haga en esta profesión que es tan variable y tan sorprendente”, agregó sobre el legado de los pintores zacatecanos.
