Cientos de mujeres marcharon ayer, por primera vez, en la ciudad capital de Zacatecas. Niñas, mamás, adultas mayores y mujeres con discapacidad se sumaron a la manifestación por el Día Internacional de la Mujer de este año. Aunque inicialmente fue notoria la incertidumbre de involucrarse por primera vez, el espíritu de lucha por la seguridad, igualdad y respeto de la feminidad de estas mujeres es más fuerte.
La marcha del 8 de marzo se ha vuelto una muestra de fuerza y resistencia cada año, mediante la cual se busca que las mujeres continúen siendo reconocidas como protagonistas en la historia y como participantes activas en la sociedad, en igualdad con los hombres.
A lo largo de los años, la participación en el estado de Zacatecas ha ido en aumento, cada vez más mujeres sin importar su grupo social, edad, estado civil, etcétera, participan en la batalla feminista.
Muchas madres caminaron de la mano con sus hijas, testificando que el miedo y la falta de conciencia que tuvieron a lo largo de los años llegó a ser el motor para proteger a sus niñas del maltrato y amenazas del sistema patriarcal.
Tal es el caso de una adulta de 40 años, que mencionaba nunca asistir a los eventos conmemorativos de este día, sin embargo, el maltrato sufrido por parte de su cónyuge hizo despertar su espíritu y la necesidad de protección hacia sus niñas; por ello es que, en compañía de sus dos hijas, una de ellas con la edad de 13 años y una pequeña de cinco, caminó por las principales calles de la ciudad.
Las mujeres discapacitadas han sido partícipes como bloque especial en los últimos años, familias enteras van en muestra de apoyo. Dos hermanas jóvenes en sillas de ruedas mostraron gran ímpetu y asombro al dar su versión y experiencia en este hecho; declararon sentirse seguras y apoyadas en cada momento.
Las y los infantes se hicieron presentes; con mensajes fuertes de resistencia, portaban el color verde y morado en su vestimenta, y portando frases como “que todas las niñas sepan que su voz puede cambiar el mundo”, llamaban la atención. El hecho de que sus tutores muestren tal consigna da apertura a entender que la educación desde edades tempranas es la clave para una adultez consciente y responsable.
Uno de los testimonios impactantes fue el de una mujer de 50 años que, aunque no fue su primera experiencia en marchas, se hizo presente. A pesar de su dificultad para caminar, trató de seguir el ritmo con apoyo de su bastón. Ella aseguró ser manifestante desde hace 30 años.
Incluso, ella actualmente trabaja desde el observatorio de las agendas de género de la mano con la asociación civil Mujeres y Punto.
Gracias a ello y el movimiento desde años, expresa que Zacatecas ha sido un referente de la persistente búsqueda de la erradicación de violencia de género, aplicando cuotas de género y reconocimiento ante el Congreso. Mencionó que, aunque las cifras siguen siendo alarmantes y no se ha avanzado lo necesario, las exigencias no tienen que cesar.
El recuento de estos testimonios pone de manifiesto la valentía y determinación de las mujeres al superar sus diferencias y unirse en causa común. Estas manifestaciones no sólo son memorables, sino que también simbolizan un poderoso impulso hacia la igualdad de género y el empoderamiento femenino. Representan un hito significativo en el camino hacia una sociedad donde las mujeres sean reconocidas y respetadas en todos los ámbitos de su vida.
