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martes, 30 abril, 2024
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Zacatecas, capital mundial de la cerveza (1/2)

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Por: HUMBERTO MÁRQUEZ COVARRUBIAS •

Entre las cervezas de abolengo, las marcas comerciales mexicanas están consideradas de baja graduación y poco cuerpo (no muy espumosas). Sirven como refresco para acompañar los platillos tradicionales o elaborar bebidas preparadas, como las “micheladas”. Los conocedores dividen opiniones: para algunos son de las mejores y para otros no lo son tanto. Como sea, México es el principal exportador mundial de cerveza y el Grupo Modelo ha sido la empresa líder en el ramo: con siete plantas y 17 marcas posee una capacidad de producir 71.5 millones de hectolitros anuales. Exporta a 186 países y la marca insignia, Corona, es publicitada como “la cerveza mexicana de mayor venta en el mundo”.

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La planta de Calera, Zacatecas, cuenta con la mayor capacidad de producción cervecera en el orbe: 20 millones de botellas al día. Trabajando tres turnos diarios, puede producir 2,400 millones de litros de cerveza al año. Sin embargo, desde su fundación la fábrica entraña una aberración: absorbe enormes cantidades de agua de los mejores mantos freáticos alojados en esta zona semidesértica que padece una severa escasez para el consumo humano. El contenido principal de la cerveza es el agua (90-95%), aunque la elaboración del producto requiere una mayor proporción. Para una botella de cerveza se requiere 1.2 litros de agua. De acuerdo a datos de la empresa, la generación de 100 litros de cerveza demanda el uso de 324 litros de agua. En esa medida, el Grupo Modelo produce 51.3 millones de hectolitros de cerveza y para ello consume 166.2 millones de hectolitros de agua, es decir, 16.6 mil millones de litros de agua al año.

La morfología de la planta cervecera ilustra los entuertos de una gestión basada en el despojo de los bienes comunes. La decisión de localización industrial obedeció, sobre todo, a la gran calidad del agua, que no requiere mayor tratamiento para industrializarla. Encima de la mejor reserva de agua dulce, donde se alojan 8 pozos de 150 a 500 metros de profundidad, con inmejorables reservas acuíferas, y en pleno apogeo del salinismo, se comenzó la construcción de la planta, en 1991, para que seis años después arrancara la producción del agua fermentada de cebada.

La gestión neoliberal se ha caracterizado por cercar los bienes comunes y entregarlos a los grandes consorcios industriales en detrimento de los campesinos y del consumo humano. En 1959 se construyó una termoeléctrica en Calera para la extracción de agua de los pozos y el riego de 5,400 hectáreas (15.6% de la superficie cultivada). Entonces la zona descolló como polo agrícola productor de frijol, chile, ajo, etcétera. Sin embargo, el despojo y acaparamiento de tierras y pozos derrocó el complejo agrícola para favorecer el giro industrial encabezado por el capital monopólico.

La calidad del agua de esta cuenca pronto atrajo a industrias del ramo de alimentos y bebidas (Planta de Alimentos Balanceados, Embotelladora Pascual Boing, Bebidas Purificadas de Zacatecas, Planta Procesadora de Durazno, Jugos del Valle e Industrias Alimenticias de Zacatecas) y otros giros (Shelby Williams,  Cesantoni, Baldoglass, Fertimex y Envases y Tapones de Zacatecas). Pero con la instalación de la Compañía Cervecera de Zacatecas, la más grande de América Latina, sobrevino la debacle agrícola de alto rendimiento.

El despojo tomó la forma de apropiación de terrenos en las inmediaciones de la proyectada fábrica y de la cesión de derechos para que la empresa acaparará los mantos acuíferos. En aquel entonces la Comisión Nacional del Agua regularizó los derechos de explotación a una empresa que detentaba una mayoría accionaria a nombre de mexicanos, pero con el devenir del tiempo el grupo empresarial pasó a manos una poderosa multinacional.

A nivel mundial, la dinámica de concentración de capital reconfigura los consorcios cerveceros. El mayor productor de cerveza y controlador de una cuarta parte del mercado mundial surgió con la fusión Anheuser-Busch InBev (AB InBev). Esta multinacional con sede en Lovaina, Bélgica, y São Paulo, Brasil, tiene presencia en 30 países y emplea a unos 120 mil trabajadores. Como parte de su plan de expansión adquirió la parte accionaria del Grupo Modelo que aún no detentaba (50%), una operación estimada en 20,100 millones de dólares.

Para maximizar las ganancias en el corto plazo, el renacido Grupo Modelo adopta una estrategia que combina el aumento de precios con la reducción de costos de producción, lo cual incluye el despido de personal, la reducción de prestaciones, el acoso laboral y la contratación de nuevo personal con menos salario; la implementación de un programa de compra de cebada por contrato para abaratar el grano y disminuir la importación; y la promoción de esquemas fiscales favorables a la corporación.

En las plantas de Zacatecas, Oaxaca y Veracruz se dispararon los despidos. Tan sólo en Zacatecas la nueva administración se estrenó con el despido de 400 trabajadores. Cuando la planta comenzó sus operaciones contaba con 5 mil empleos directos, ahora sólo quedan unos mil 500, la mayoría subcontratados. Entre 2008 y 2009 fueron despedidos más de 700; en 2013 se incrementaron los despidos a más de 900; en octubre de 2014 fueron despidos 360 empleados. Ante esa avalancha los trabajadores han efectuado varias protestas y paros. Por distintas vías han denunciado la amenaza de más despidos, el pago de bonos inferiores a lo que debería de ser el reparto de utilidades, la contratación de obreros sustitutos por menores salarios, el uso del reglamento de seguridad como herramienta de acoso laboral y el regateo al uso del seguro social. ■

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