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martes, 25 marzo, 2025
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■ Historia y poder

Sin previo aviso

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

Desde Aguascalientes recibo un lote muy considerable de documentos históricos de Zacatecas. Un filón riquísimo encontrado y que por fin da respuesta a muchas interrogantes que se tenían acerca de la historia patria rebelde de los zacatecanos, llámase a las cosas por su nombre: listado de ex revolucionarios que murieron en la peor de las miserias, proclamas y manifiestos socialistas de políticos en campaña, telegramas y otros documentos que le dan realce al designio milagroso de este pueblo que no se asusta con nadie ni con nada.

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Los documentos los recibo a cambio de intercambios por cuadros originales y de las manos del antropólogo Guillermo Ávalos Torres y su Hijo Netza, quienes han investigado desde hace muchos años la historia de ese estado que fue parte de Zacatecas y que aun esparce sus memorias por todos lados y nos detalla con lujo de detalles, las épocas convulsionadas de las devastaciones políticas, las guerras civiles, los fraudes y las artimañas de los traidores y uno admira ese tono y esa redacción donde se reafirma el proletariado zacatecano como uno solo y con sus líderes que le dieron fama a la oratoria civil y muy contestataria.

Ya habrá espacio para poco a poco transcribir con rigurosidad y tiento lo que tenemos en nuestro poder, pues son miles de carpetas que bien estarían en manos del archivo histórico zacatecano, pero me acuerdo cuando el poeta Gerardo, siendo trabajador del mismo archivo, me enseñaba los documentos que hacia 40 años se habían quemado en ese estruendoso accidente y que al paso del tiempo seguían descuidados, en el vil piso, cosa que le advertimos al entonces gobernador Miguel Alonso Reyes y poco a poco los reincorporaron a anaqueles, mas nunca a su restauración completa.

Yo mismo vi también valiosísimos documentos en el Archivo y a punto de desvanecerse, no solo por el implacable paso del tiempo, sino por el descuido de sus “cuidadores o curadores”, que sin tiento, se le daban al consultante y maltratando aun mas someras piezas que ya las quisiera el archivo de indias en Sevilla o las pinacotecas y archivos de los Estados Unidos.

Pero afortunadamente siguen en Zacatecas.

Le decía al poeta Juan Manuel Bonilla hace unos días, en una senda entrevista que me hizo, que desgraciadamente los mexicanos solo conocemos, si acaso, un 10 a un 15 por ciento de la historia de Zacatecas, Aguascalientes y de San Luis Potosí, es decir, que un 85 por ciento, sigue ahí sin que nadie la rescate, La investigue, la divulgue y mientras grandes cantidades monetarias se gastan en otras nimiedades, que si el pueblo conociera mejor su historia, sería más fuerte y más orgulloso y no repetiría los errores que lo tienen postrado ante el crimen, el desempleo, la ausencia de salarios dignos y ante la arrogancia de sus políticos que se sienten tocados por la mano de Dios y no  se  diga de los intelectuales comodinos y los universitarios buenos para nada.

La historia sirve mucho a los pobladores, los jóvenes estarían a risa y risa si supieran de tantas cosas tan increíbles que acontecieron, también con muchas emociones y sentimientos por lo heroico de sus episodios, ya en la conquista, ya en la guerra contra españoles y criollos, las intervenciones extranjeras, los pecados de la iglesia, también su heroísmo, su apego a las muchedumbres mas pobres, las fiestas populares y las leyendas, inventores, poetas locos y poetas sagrados, hacedores deslumbrantes y mujeres hermosísimas, preclaras, preocuponas, siempre en la amenaza, el peligro o el dolor y sus tantas enseñanzas.

Ahí están las bibliotecas y archivos casi siempre vacíos, ese 85 por ciento de la historia debe conocerse, ampliarse, difundirse por todos los medios, hacer tirajes masivos y constantes, quitarles el aire de perdonavidas a los historiadores y las féminas de la cátedra, agilizar las noticias históricas con el fin de precaver, entretener, educar y saber de donde vienen las castas que siguen sin atender las causas de la desigualdad, el odio vecinal, el desmadre de los vicios como el crico, los inhalantes, el alto alcoholismo y el cigarrerio desenfrenado,  la pederastia y la prostitución infantil.

Es doloroso.

Sin aviso alguno.

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