Arturo Nahle García, magistrado del Tribunal Superior de Justiciad del Estado de Zacatecas (TSJEZ), opinó que el Gobierno del Estado debe anular los documentos que presentó Juan Coronel para acreditar la propiedad de la obra de su padre (que fue sustraída del museo Rafael Coronel), ya que hay evidencia de que por sí mismo hizo un inventario para adjudicársela.
Entrevistado en el noticiario de Francisco Elizondo, informó que en 1981 Rafael Coronel dejó un testamento notariado en el que establece que le hereda todo a su hijo, pero no incluye ningún listado detallado de sus propiedades y obras, de manera que decir «todo» es ambiguo y pudiera interpretarse que cualquiera de sus obras sería heredada, incluso aquellas que se encuentran en posesión de otras personas.
Además, afirmó que el hijo del artista zacatecano vino a la capital del estado hace algunos años, hizo un inventario de las obras de su padre, las escrituró a su nombre y de esa manera se adjudicó la propiedad de estas.
Al respecto, mencionó una escritura con fecha del 17 de julio del 2019 en la que el notario Ranulfo Enrique Tobilla Sáenz establece que Juan Coronel reconoce la validez del testamento, acepta la herencia de su padre y acepta el cargo de albacea, pero el 22 de octubre del 2020, ante el mismo notario suscribe una nueva escritura en la que el susodicho se adjudica a sí mismo la totalidad de los bienes enlistados en una relación anexada.
De acuerdo con Nahle García, “él solito vino al museo, hizo un inventario de obras de autores varios, fotografías, instrumentos musicales de bodega y de exhibición, cerámicas, obras de Rafael Coronel, esculturas, vestuario, máscaras, salas del museo, títeres y hasta las oficinas las inventarió. Inventarió él todo lo que quiso y luego se lo adjudicó y con esos documentos vino y se llevó La Mortaja”.
Sobre el caso de «La Mortaja de San Francisco», dio a conocer que fue vendida por un monto de millón y medio de dólares, pero desmintió que Rafael Coronel hubiese dejado deudas como lo dio a conocer Juan Coronel.
Asimismo, responsabilizó a las autoridades del gobierno del estado que, en su momento, le permitieron llevarse esa obra, por lo cual ahora es importante que se anulen esas escrituras porque se trata de obras que Rafael Coronel donó al pueblo de Zacatecas.
Por su parte, Juan Coronel, también entrevistado por Francisco Elizondo, reconoció que la obra en mención fue vendida a una colección importante en México y el recurso ayudó para solventar deudas que había dejado su padre en torno a sus obras.
Sin embargo, indicó que el trámite para la sustracción de la obra la hizo ante el gobierno del estado y la propiedad la acreditó legítimamente con el testamento firmado por su padre el 25 de mayo de 1981.
Aseguró que ser nombrado como heredero universal de la obra de Rafael Coronel, según lo establece el testamento, es suficiente para demostrar la propiedad de todas las obras, por lo que consideró que hay mala fe en las acusaciones que se le imputan.
Informó que Rafael Coronel dejó deudas muy fuertes porque los últimos cinco años de su vida no pintó y recibió dinero para elaborar punturas, de manera que la venta de la obra en cuestión ayudó para solventar esa situación.