■ El amor y la constancia ayudan a que se lleve una mejor calidad de vida por parte de los infantes
■ Síndrome de Down afecta más al sexo masculino; provoca hipersensibilidad en los 5 sentidos
Para una familia, el saber que uno de sus integrantes padece el espectro del autismo es difícil de enfrentar, pues uno de los primeros problemas a los que se enfrenta es la falta de información, lo que hace que no se dé un diagnóstico oportuno; sin embargo, el amor y la constancia ayudan a que esa persona lleve una mejor calidad de vida.
Así lo ha hecho Pilar Orozco González, quien detectó en su hijo Gael un comportamiento distinto a los demás niños, pues no articulaba ninguna palabra y no trataba de comunicarse, además de hacer movimientos
excesivos con las manos y usaba objetos inusuales como juguetes.
Sin embargo al pedir la opinión de los médicos para saber a qué se debía su comportamiento se le mencionaban que el menor padecía inmadurez emocional, la cual se le quitaría con el tiempo, mientras que otros le recetaron medicamento.
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A pesar de esto, el menor siguió comportándose de la misma manera hasta que un especialista le diagnosticó autismo, recibiendo sus primeros tratamientos en el centro de equinoterapia de la localidad de Tacoaleche.
“En un principio nos agobió la falta de información, pero una vez que se le diagnosticó hemos ido trabajando y ayudándolo. Existe poca información en el estado y eso nos limita, pero debemos avanzar y trabajar porque estos niños te dan muchas satisfacciones y ves cómo evolucionan”, afirmó.
“Gael anteriormente sólo jugaba con sus padres, pero ahora ya juega con su hermana mayor de 11 años, y poco a poco socializa con otros familiares como primos y tíos; si se tiene un niño con estas características, bienvenido y sólo nos queda informarnos para ayudarlos”, aseveró Pilar Orozco.
Mencionó que el menor disfruta jugar a imitar a los delfines, tanto en su movimiento como en sus sonidos; a la fecha cursa el tercer grado de preescolar, y el plan es que continúe de manera normal sus estudios.
En este sentido, Hugo Enríquez Sánchez, director de Ludocan México, y quien participó en el segundo Foro para Personas con Autismo y Síndrome de Down organizado por el DIF de la capital, el cual se inauguró este lunes, explicó que trabajar con personas autistas es complejo, pues es difícil comprenderlos, ya que no socializan ni ponen atención cuando se les llama.
Algunos de los características de este síndrome incurable, dijo, es que afecta más al sexo masculino con problemas de comportamiento, perturbando el área social y afectiva, y provoca hipersensibilidad en los 5 sentidos.
Sin embargo, la terapia con perros que realiza Ludocan ayuda a mejorar su calidad de vida, ya que el interactuar con el animal les origina que puedan respetar tiempos de espera y a que permanezcan en lugares públicos sin tener crisis de conducta.
Este programa de terapia asistida para niños con autismo y lesión cerebral funciona para trastornos como déficit de atención, hiperactividad, depresión, entre otros. Ayuda a que los menores autistas sean funcionales y se inserten en la vida social.
La terapia es de por vida; se refiere el caso de una persona de 30 años que lleva terapias continuas, mientras que en el DIF Municipal de la capital se atienden a 25 menores y se tiene una lista de espera de 100.
Informó Hugo Enríquez que, según estadísticas, cada 7 segundos nace una persona autista, y se desconoce por qué adquieren el padecimiento. Agregó señalando que para el año 2030 uno de cada dos niños tendrá autismo o síndrome de Down.
