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martes, 16 abril, 2024
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Arreglo de una escuela de P.L. de la ciudad de Zacatecas, (1804)

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Lo que hoy en día se conoce como la construcción de una escuela, en los siglos 18 y 19 se llamaba “fabrica material”. “Arreglo”, era equivalente a dotarla de material didáctico, mobiliario, y las adecuaciones requeridas. El “arreglo” equivalía a su reconstrucción y equipamiento.

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Los inmuebles que eran utilizados como escuelas, con el uso se deterioraban, al igual que los utensilios y muebles que se utilizaban.  Por tal motivo se hacía necesario su reparación y mantenimiento. En el año de 1804, el 17 de abril para ser más precisos, la antigua casa propiedad del Ayuntamiento que funcionaba como escuela, por informe del Alférez Real verificado por los Diputados del Común, dado el deterioro en que se encontraba, requería de urgente reparación. El local en referencia, ubicado atrás del Hospital de San Juan de Dios, según el informe del alférez, justificaba su reparación en función de que: “[…] necesita de subirle el piso (por estar profundo) al suelo de la sala en donde asisten los niños de enseñanza. Y lo mismo al de su entresuelo, pues de día en día, como no se reparan estos, se están profundizando más. Ydem, es muy necesario y de urgencia, reforzarle todas sus paredes de adentro y fuera por estar todas ellas cuarteadas, desplomadas y con algunas aberturas.

Ydem, reforzar todas sus azoteas de tierra y lama, para evitar goteras de las aguas temporales, y que por estas se pudran las maderas de las techumbres.

Esto es lo que es preciso hacerse en la referida casa, con advertencia de que, si se hace en lo pronto, regulo a juicio prudente de poco más o menos, llegará su costo a unos mil doscientos pesos, y si se demora, puede subir cuanto se haga a considerable cantidad, porque puede venirse al suelo, y entonces sea necesario levantarla desde los cimientos”. (1).

Lo anteriormente expresado por el alarife José María Molina, bajo juramento y sin la menor intención de cometer fraude, nos da una idea del deplorable y ruinoso estado de la casa que albergaba a una de las escuelas públicas de la ciudad capital, por lo que se requería atención su compostura.

Informado de lo anterior, el que por entonces fungía como intendente, José de Peón Valdés, el 18 de mayo de ese año giró oficio al Sr. fiscal de lo civil con copia al virrey Yturrigaray, enterándolos sobre el deterioro de la escuela. En su escrito le hacía ver que se comisionaron a dos capitulares para que acompañaran al alarife a fin de fijar el presupuesto que se necesitaba. Habiendo cumplido con dicha comisión, el alarife demandaba a la Junta Superior de Propios la autorización para que de los fondos públicos de la ciudad se costearan los gastos que se requerían para el arreglo de la finca referida.

Enterado del caso, el fiscal de lo Civil, Saparzurieta, autorizó el 31 de mayo a la Junta Superior de Arbitrios la erogación de los fondos necesarios para la reparación del inmueble. Junto con el permiso advertía que se llevara “una exacta cuenta y razón a fin de darla oportunamente con los comprobantes debidos, para todo lo cual se libre la orden que le corresponde al Sr. Intendente y al Ayuntamiento”. (2).

Llegada y conocida la orden del fiscal, la Junta Superior de Propios, con sede en la ciudad de México, se reunió y con el visto bueno del virrey Yturrigaray. En esa reunión del 28 de junio, se concedió el permiso para que del Fondo de Propios de la ciudad de Zacatecas erogase los mil 200 pesos que se necesitaban para la reparación de la escuela dependiente de sus rentas públicas. Tomando muy en serio el consejo del fiscal, a su vez la mencionada Junta, insiste en que “se cuide, se economice y minore en cuanto sea posible; llevando cuenta exacta y justificada, para darla oportunamente”. (3).

Al momento de redactar estas líneas, no hemos localizado los informes, ni los estados de cuentas para enterarnos de los nombres del sobrestante, maestros albañiles y peones, así como de los materiales que se gastaron en los arreglos de la escuela. Lo que sin duda debió realizarse con la mayor de las economías e informando oportunamente como era la preocupación de las autoridades. Pero autorizado el presupuesto para su reparación, es seguro que la escuela volvió a funcionar dentro de la rutina y normalidad acostumbrada.

Hablando de las escuelas, pero de las de hoy, ayer nos desayunamos con la poca grata noticia que la SEP las escuelas de tiempo completo desaparecen. Bajo el argumento de que hay escuelas sin agua, sin luz y carentes de infraestructura básica como la falta de sanitarios, o sea nos dice Delfina que no hay lana, quitan lo que venía siendo uuna modalidad de planteles educativos que ayudaba a reducir el rezago académico, donde los niños permanecían horas extra horario normal y tenían acceso con todo y limitaciones a recrearse mediante la cultura física y artística, si bien en muchos casos rudimentarias. Con ellas se ayudaban económicamente a maestros y los padres tenían un lugar seguro donde resguardar a sus hijos. No tardaran las protestas y manifestaciones de malestar por esta medida. No hay lana y los proyectos insignia de este sexenio exigen dinero.

Referencias:
AGN. Archivo General de la nación.
1 AGN. Gpo. Doc. Intendencias Vol. 43, “Reparo de la casa en que está una de las escuelas de primeras letras, perteneciente a las rentas públicas de aquella ciudad”, Intendencia de Zacatecas, 1804.
2 Ibid., folio 4.
3 bid., folio 5.

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