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jueves, 25 abril, 2024
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Un poeta entre insólito y lo maravilloso

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Por: MIGUEL G. CANSINO ASSENS* •

La Gualdra 534 / Poesía

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Hace unos años tuve conocimiento de un puñado de poemas del poeta originario de Michoacán, México, nacido en la ciudad de Uruapan, Armando Salgado (1985). Poco tiempo después, pregunté por él a un buen amigo de Morelia, para continuar la lectura de su obra; con puntual precisión de datos y una lista de su bibliografía me puso al tanto de quién era, de los libros de poesía que hasta el año 2021 había publicado y todo acompañado de una lista de los premios que ha recibido. Quedé asombrado: esta es la palabra correcta; insólito y maravilloso es confirmar que los ha publicado en el periodo de una década. 

Sus textos sobresalen por la fuerza y la búsqueda lírica; es un autor cuyos textos han llegado a los lectores y recibido la atención unánime de la crítica. Casi todos los títulos son un referente para quien quiera saber quién es y terminar por ubicar su personalidad, reconocer parte de lo que encierra su escritura o decir que está llamado a ser parte del ejemplo de lo maravilloso que encierran sus poemas para enriquecer la poesía mexicana de estos tiempos que son los años de la segunda década del siglo XXI.

Primero fue preguntar quién es e inmediatamente después leer sus poemas. Poco a poco iré difundiendo el resultado de mi análisis, ya que no es fácil, dado que hay que señalar que en la red existe mucho material sobre Armando Salgado. Algunos textos sobre su trabajo son muy buenos, oportunos y hasta necesarios; otros son reseñas; algunos encierran el guiño personal de la amistad con el autor y dejan, las más de las veces, la lectura de su poesía en segundo plano; pero, si partimos de lecturas claves como la de Adolfo Castañón, se hace la diferencia. Como autor joven Armando no es el único, pero sí el más sobresaliente -por su originalidad- entre otros poetas que están, como él, cerrando el primer ciclo de su primera madurez.

Suceden la lectura y el primer encuentro, de inmediato surgen preguntas: ¿En el pasado de la poesía mexicana hay ejemplos parecidos o Salgado es un caso aislado? Me atrevo a decir que tiene similitudes afortunadas con la primera etapa de la poesía de José Emilio Pacheco, quien antes de los cuarenta años ya era autor de una obra poética verdaderamente original, casi definitiva; Pacheco seguía aumentando páginas, en calidad su poesía sucedía la exploración o búsqueda, confirmando su condición de poeta excepcional. 

Pacheco fue un poeta que nunca dejó de revisar y reescribir sus poemas. Salgado ha publicado alrededor de diez títulos en una década. El día que decida reunir todos estos en una rigurosa antología personal dejará ver una evolución que se antoja necesaria para alcanzar a reconocer esa valoración. Algunos de sus poemarios se encuentran agotadas o no se han reeditado, y no sabemos si cuando uno de estos se reedite será revisado o lo entregará para una edición nueva tal cual salió originalmente; hay que esperar a que esto suceda y tendremos respuestas. 

Su poesía es su mejor carta de presentación y su perdurabilidad está en el juicio que sus lectores logren expresar; los poemas son un eco, la respuesta, las interrogantes se vuelven guiño. Casi todos los títulos tienen como sello distintivo alguno de los premios más importantes existentes en México; lo revelador es señalar que en su mayoría han sido dictaminados y leídos por un jurado sin tener acceso al nombre del autor. Quien los pueda leer ahora será capaz de encontrar ese algo, reconocer en los poemas lo que dicen, cómo los escribe y ubicar todo esto para definir su estilo y estar de acuerdo o no conmigo. Su poesía es parte de un fenómeno que no se da con cierta regularidad en la poesía mexicana; Salgado resulta ser para estos tiempos un poeta excepcional. 

Con toda certeza considero que el primer título con el que se puede precisar su verdadero encuentro con la poesía es corvus suvroc (Mantis Editores-Luis Armando Malpica) del año 2012 (existe un poemario previo a este que siento dice muy poco y el tintineo del verso es más bien desafortunado); tenía entonces el autor 27 años, la edad perfecta para nombrar las cosas por su espacio y definir de una vez por todas el rumbo de su lírica. La palabra en su escritura toma conciencia, refleja ese proceso, permite ubicar el inicio de su búsqueda, trascender como ejemplo de madurez literaria.

Si algo hay que hacer evidente de ese título es que adquiere presencia, permite ubicar cómo escribe o señalar que está rebasando un cuarto de siglo su propia vida terrenal. Inicia con estos poemas a reflejar la suerte afortunada del poema en prosa: conjuga su diálogo y sucede con un pintor como Vicent van Gogh. Lo retrata, a partir del poema lo dibuja y mantiene las palabras como un equilibrio de ruptura; nombra entonces la primera gran influencia afortunada en su poesía, la de Francisco Hernández, para marcar un territorio en su exploración lírica. Es, asimismo, la primera gran precisión por donde se le mire; el que sobrevive, naturalmente, es el poema. Esto exige ir al verso, un solo ejemplo tomado al azar, bastaría para confirmar hallazgos; por ejemplo, el poema de la página 31 que se llama “Campo de trigo bajo cielo nublado”.

Me interesa destacar de corvus suvroc su lejanía por su idioma y señalar que deriva una lectura de lengua extranjera, pero por su eco indescriptible es apasionante entre el sonido o romance y lo que nombra su poesía. El estudioso tiene indistintamente que percibir su dominio, terminar por ubicar su poética y comprenderá su significado en la poesía mexicana. Porque es un título en el que existe, por ejemplo, la belleza lírica y sobresale el poema en prosa, el aguijón del erotismo, el retrato de la vida de aquel destinada al encuentro de lo trágico. Pues lo digo con sus palabras: corvus suvroc es el título, tal vez suena ajeno al idioma español, el verdadero punto de referencia y es el que nombra su primera madurez literaria, en realidad, es la verdadera carta de creencias de la poesía de Armando Salgado.

* Nació en León, Guanajuato en 1983 y en esta ciudad radica. Escribe poemas y ensayos. Los ha publicado en espacios locales y regionales. Fue periodista cultural y han aparecido en periódicos como Am de León, donde fue también editor. Tiene inédito El taller transblanco de ensayos críticos y de análisis de poetas locales, regionales mexicanos y extranjeros de autores actuales y de figuras literarias como Octavio Paz y Haroldo de Campos, la poesía de Chantal Maillard.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_534

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